La provincia
de Entre Ríos se encuentra ubicada en el nordeste de nuestro país, forma parte
de la región Mesopotámica. Limita al oeste con Santa Fe, al norte con
Corrientes, al sur con Buenos Aires y al este con la República Oriental del Uruguay.
Cuenta con 17 departamentos cuya capital provincial es Paraná.
Tiene una
sup.de 78.781 kilómetros cuadrados, es la decimoséptima provincia más extensa
del país, por lo que ocupa el 2,83% de la superficie total del mismo.
Conjuntamente con Misiones y Corrientes, Entre Ríos conforma la región
mesopotámica, por encontrarse limitada al este y el oeste, respectivamente, por
los grandes ríos Paraná y Uruguay. Además limita al norte con el rio
Guayquiraró y Mocoretá ; y hacia el sur se inicia el Delta del Paraná
provocando la formación de islas. Los climas característicos son el subtropical
sin estación seca al norte y el templado pampeano al sur. Es recorrida por
vientos provenientes del Atlántico, además de vientos locales como el Pampero,
la Sudestada y el Viento Norte. Cuenta con precipitaciones abundantes.
El actual
territorio entrerriano estaba habitado, antes de la llegada de los
conquistadores españoles, por poblaciones aborígenes que desarrollaron culturas
particulares: Guaraníes, Chanás y Charrúas.
Los primitivos habitantes de Santa Fe llamaban al actual territorio entrerriano
“la otra banda de los charrúas”. Juan de Garay repartió tierras de esta zona
entre los habitantes santafesinos, entre ellos su yerno Hernando Arias de
Saavedra.
Así nacieron las primeras estancias favorecidas por los buenos pastos y las abundantes aguadas. El núcleo inicial de ocupación lo constituyó la zona de la desembocadura del arroyo Feliciano, actual departamento La Paz.
Así nacieron las primeras estancias favorecidas por los buenos pastos y las abundantes aguadas. El núcleo inicial de ocupación lo constituyó la zona de la desembocadura del arroyo Feliciano, actual departamento La Paz.
Hernando
Arias de Saavedra:
Hernando Arias de Saavedra (1561 - 1634),
llamado también "Hernandarias", fue un personaje singular de esas
tierras.
Estuvo casado con una de las hijas de Juan de Garay. Recibió concesiones de tierras en Entre Ríos que pobló con ganado vacuno. Nació en Asunción se convirtió en el primer gobernador criollo del Río de la Plata. En cuatro oportunidades ocupó este cargo entre 1592 y 1618.
Estuvo casado con una de las hijas de Juan de Garay. Recibió concesiones de tierras en Entre Ríos que pobló con ganado vacuno. Nació en Asunción se convirtió en el primer gobernador criollo del Río de la Plata. En cuatro oportunidades ocupó este cargo entre 1592 y 1618.
En 1602 fue
nombrado gobernador de Buenos
Aires, puesto que ocuparía hasta 1609.
En ese puesto tomó numerosas medidas para estimular el crecimiento de la
entonces pequeña villa portuaria, incluyendo la creación de las primeras
escuelas de primeras letras, la instalación de hornos de cocción de ladrillos y tejas para sustituir la construcción de adobe, y la reconstrucción del fortín que protegía la ciudad de los piratas.
Ordenó además la construcción de un torreón defensivo para el puerto, ubicado a
la desembocadura del Riachuelo en la actual Vuelta de Rocha, tras el robo y saqueo
de dos navíos anclados por parte de corsarios ingleses el 18
de marzo de 1607. Tomó también medidas contra el
contrabando, causado por la prohibición del comercio de frutos del país y de negros esclavos.
Durante su período como
gobernador del Río de la Plata, Hernandarias emprendió varios viajes de
exploración, incluyendo expediciones a Uruguay y Brasil para contener a los bandeirantes portugueses y explorar la
navegabilidad de los ríos, y expediciones a la Patagonia para buscar la mítica ciudad de los Césares. En esta última,
en 1604, que fue un verdadero
fracaso, fue capturado por los nativos tehuelches
casi 1.000 km al sur de Buenos Aires, aunque pudo escapar con
vida.
En 1603 Hernandarias
modificó la legislación sobre el trabajo de los aborígenes, promoviendo la
supresión de las mitas y encomiendas,
por las cuales los españoles gozaban de los frutos del trabajo de los nativos a
cambio de su evangelización, en la práctica inexistente. Obtuvo la aprobación
de esta reforma por parte del rey Felipe
III de España, y en 1608 se dispuso la creación de las reducciones jesuíticas y franciscanas en la región del Guayrá (actual Paraguay). En 1611 el visitador Francisco de Alfaro declaró libres de encomiendas los
indios convertidos por los jesuitas,
y dictó sus famosas ordenanzas.
En 1615 fue
nombrado nuevamente gobernador. Por iniciativa del licenciado Francisco de
Alfaro se dividió la gobernación del Río de la Plata en dos: Paraguay (que abarcaba las villas de Asunción, Santiago de Jerez, Villa Rica y Ciudad Real) y Buenos Aires. Decretada
en 1617, no se llevó a cabo hasta 1620. Irónicamente el primer
gobernador Diego de Góngora ni bien llegó ordenó su arresto y el
remate de sus bienes, esto en concurso con la red de contrabando dirigida por
el sevillano Juan de Vergara y el portugués Diego de Vega con quién Góngora tenía estrecha
alianza aún antes de partir de España y a quienes Hernandarias había perseguido
y expulsado de la ciudad. De hecho, excluyendo a Hernandarias, casi todos los
gobernadores estuvieron en mayor o menor grado comprometidos con el contrabando
Retirado a Santa Fe, cuando en 1627 el nuevo
Gobernador Céspedes intentó nuevamente encarcelar y dar muerte a Juan de Vergara, el mismo obispo, fray Pedro Carranza, primo de Vergara,
forzó la cárcel y lo liberó llegando a excomulgar al Gobernador, lo que provocó
que las tropas lo abandonaran. Céspedes recurrió a Hernandarias, quien fue
autorizado por la Audiencia de
Charcas viajó desde Santa Fe a Buenos Aires. Gestionó que el obispo Carranza
levantara la excomunión e hizo procesar a Vergara lejos de la diócesis de
aquel.
Hernandarias fue convocado
nuevamente ante posteriores disturbios, con lo que mantuvo junto al respeto de
parte de sus vecinos y el odio de otros, su influencia en la política local.
Falleció en1634, a los 72 años de edad dejando tres hijas.
Los españoles poblaron el territorio entrerriano mediante tres
corrientes colonizadoras que corresponden a tres momentos distintos:
*La primera procedió de la recién fundada ciudad de Santa Fe. Los pobladores fueron vecinos de Santa Fe que cruzaron el río y se instalaron donde hoy se encuentra la ciudad de Paraná.
La "Baxada" del Paraná:
Una mención especial merece la ciudad de Paraná, capital de la provincia. El primer núcleo de población que se formó en Entre Ríos, la Bajada, no tuvo fundador, no se eligió un lugar para su emplazamiento, no se plantó el tronco de la justicia, ni existe acta de fundación.
Cuando en 1650 empezó el traslado de la ciudad de Santa Fe a su actual ubicación, comenzó el poblamiento de la otra banda del Paraná. Algunos vecinos se trasladaron con sus familias y en poco tiempo se formó un caserío y una capilla en la parte alta de la zona. Este caserío fue el núcleo de la futura ciudad de Paraná.
Luego, en 1730, fue creada la Parroquia del Pago de la otra Banda. Ésta es la fecha que se ha tomado como fundación de la ciudad, sin la formalidad de un acto de fundación. La capilla fue dedicada a Nuestra Señora del Rosario.
Tres años después, el Cabildo de Santa Fe designo a Don Santiago Hereñú alcalde de Hermandad para la Bajada con jurisdicción sobre todo el territorio entrerriano. Los alcaldes de Hermandad eran funcionarios del Cabildo que cumplían funciones de justicia y policía en la campaña o zona rural.
* La segunda fue el resultado de la acción de una orden religiosa: La Compañía de Jesús. Los Jesuitas iniciaron una obra pobladora y evangelizadora a partir de la fundación de la misión de Yapeyú, en la actual provincia de Corrientes. En territorio entrerriano organizaron estancias dedicadas a la explotación de cal y maderas, entre la que se destaca la de San Miguel, pero a diferencia de lo que ocurrió en Corrientes o en Misiones, no fundaron pueblos de indios o misiones. Para establecer una comunicación fluvial con Buenos Aires crearon un puerto en el lugar llamado Itú. Este puerto se llamó Salto Chico y en él se levantó una capilla dedicada a San Antonio. En este sitio hoy está la ciudad de Concordia.
*La tercera entrada colonizadora provino de Buenos Aires y se debió a la acción pobladora de gobernadores y virreyes (autoridades españolas). Así se fundaron Gualeguay, Gualeguaychú y Arroyo de la China, hoy Concepción del Uruguay.
La mayoría de los centros urbanos de la provincia nacieron espontáneamente, muchas veces nucleados alrededor de una capilla. Sólo tres villas fueron fundadas de acuerdo a las normas españolas, Gualeguay, Gualeguaychú y Concepción del Uruguay.
*La primera procedió de la recién fundada ciudad de Santa Fe. Los pobladores fueron vecinos de Santa Fe que cruzaron el río y se instalaron donde hoy se encuentra la ciudad de Paraná.
La "Baxada" del Paraná:
Una mención especial merece la ciudad de Paraná, capital de la provincia. El primer núcleo de población que se formó en Entre Ríos, la Bajada, no tuvo fundador, no se eligió un lugar para su emplazamiento, no se plantó el tronco de la justicia, ni existe acta de fundación.
Cuando en 1650 empezó el traslado de la ciudad de Santa Fe a su actual ubicación, comenzó el poblamiento de la otra banda del Paraná. Algunos vecinos se trasladaron con sus familias y en poco tiempo se formó un caserío y una capilla en la parte alta de la zona. Este caserío fue el núcleo de la futura ciudad de Paraná.
Luego, en 1730, fue creada la Parroquia del Pago de la otra Banda. Ésta es la fecha que se ha tomado como fundación de la ciudad, sin la formalidad de un acto de fundación. La capilla fue dedicada a Nuestra Señora del Rosario.
Tres años después, el Cabildo de Santa Fe designo a Don Santiago Hereñú alcalde de Hermandad para la Bajada con jurisdicción sobre todo el territorio entrerriano. Los alcaldes de Hermandad eran funcionarios del Cabildo que cumplían funciones de justicia y policía en la campaña o zona rural.
* La segunda fue el resultado de la acción de una orden religiosa: La Compañía de Jesús. Los Jesuitas iniciaron una obra pobladora y evangelizadora a partir de la fundación de la misión de Yapeyú, en la actual provincia de Corrientes. En territorio entrerriano organizaron estancias dedicadas a la explotación de cal y maderas, entre la que se destaca la de San Miguel, pero a diferencia de lo que ocurrió en Corrientes o en Misiones, no fundaron pueblos de indios o misiones. Para establecer una comunicación fluvial con Buenos Aires crearon un puerto en el lugar llamado Itú. Este puerto se llamó Salto Chico y en él se levantó una capilla dedicada a San Antonio. En este sitio hoy está la ciudad de Concordia.
*La tercera entrada colonizadora provino de Buenos Aires y se debió a la acción pobladora de gobernadores y virreyes (autoridades españolas). Así se fundaron Gualeguay, Gualeguaychú y Arroyo de la China, hoy Concepción del Uruguay.
La mayoría de los centros urbanos de la provincia nacieron espontáneamente, muchas veces nucleados alrededor de una capilla. Sólo tres villas fueron fundadas de acuerdo a las normas españolas, Gualeguay, Gualeguaychú y Concepción del Uruguay.
Sitios
Históricos destacados de la provincia de Entre Ríos:
La Provincia
se enorgullece de su presente y de su pasado, pues de estas tierras han surgido
caudillos que enarbolaron la bandera de la causa federal, destacándose entre
otros, el General Pancho Ramírez y el General Justo José de Urquiza, quien
contribuyó notablemente a la Organización Nacional e Institucional.
Su residencia, el palacio San José, es uno de los testimonios históricos de mayor valor.
En las páginas de la historia nacional, algunas de las ciudades entrerrianas se destacan, entre otras cosas, por haber sido: cuna de la Organización Institucional; sede del Primer Gobierno Constitucional en 1853, cuando se establece a Paraná como Capital de la Confederación Argentina; sede de la Primera Escuela Normal del país y otras importantes casas de estudio como el Histórico Colegio de Concepción del Uruguay, donde se formaron ilustres políticos y hombres de letras de reconocimiento nacional e internacional.
También las grandes corrientes migratorias llegadas a Entre Ríos aportaron elementos que hoy hacen al patrimonio regional. Todos estos aspectos de la cultura entrerriana se ofrecen a través de formas múltiples como son su arquitectura, museos, teatros, fiestas, plazas, monumentos, etc.
Hoy hacen al patrimonio regional.de la cultura entrerriana se ofrecen a través de formas múltiples como son su arquitectura, museos, teatros, fiestas, plazas, monumentos, etc.
Su residencia, el palacio San José, es uno de los testimonios históricos de mayor valor.
En las páginas de la historia nacional, algunas de las ciudades entrerrianas se destacan, entre otras cosas, por haber sido: cuna de la Organización Institucional; sede del Primer Gobierno Constitucional en 1853, cuando se establece a Paraná como Capital de la Confederación Argentina; sede de la Primera Escuela Normal del país y otras importantes casas de estudio como el Histórico Colegio de Concepción del Uruguay, donde se formaron ilustres políticos y hombres de letras de reconocimiento nacional e internacional.
También las grandes corrientes migratorias llegadas a Entre Ríos aportaron elementos que hoy hacen al patrimonio regional. Todos estos aspectos de la cultura entrerriana se ofrecen a través de formas múltiples como son su arquitectura, museos, teatros, fiestas, plazas, monumentos, etc.
Hoy hacen al patrimonio regional.de la cultura entrerriana se ofrecen a través de formas múltiples como son su arquitectura, museos, teatros, fiestas, plazas, monumentos, etc.
Palacio San
José:
El Palacio San José fue
la residencia del primer presidente constitucional de Argentina y gobernador de la Provincia de Entre Ríos, general Justo José de Urquiza. En este
edificio predominan el estilo italianizante con el criollo argentino derivado del
colonial español.
El Palacio San José, hoy Museo Nacional Justo José de
Urquiza, se encuentra ubicado en el Departamento
Uruguay de la Provincia de Entre
Ríos, entre las localidades de Herrera y Caseros,
a unos 30 km al oeste de Concepción
del Uruguay.
Su dueño original lo bautizó Posta San José, pero debido a la exquisitez, para la época, de su
construcción, pronto los vecinos del lugar y los visitantes comenzaron a
llamarlo Palacio San José.
Originalmente estaba emplazado en
una estancia de 2.500 hectáreas, de las cuales 20 estaban
destinadas a parques, jardines y una enorme quinta de frutales, en medio de los
cuales se situaba el casco principal, construido en estilo renacentista
italiano.
La obra demandó nueve años de trabajos,
entre 1848 y 1857,
y fue encomendada inicialmente al arquitecto italiano Jacinto Dellepiane, quien
abandonó la obra a poco de iniciada. Ante esta circunstancia la obra fue
confiada al arquitecto Pietro
Fossati, quien fue asistido por su hermano de profesión escultor. La obra fue
llevada adelante por tallistas, herreros, pintores y jardineros, todos traídos
del extranjero especialmente para esta construcción.
La planta principal tiene 38
habitaciones de gran tamaño, dispuestas alrededor de dos hermosos patios.
Tiene, además, dependencias de servicio, una capilla, cocheras, una pulpería
(almacén de ramos generales), un palomar que podía albergar hasta 650 palomas y
hasta un lago artificial de unos 20.000 m² donde navegaban veleros ligeros y a la vera del cual se
realizaban suntuosas fiestas.
Su frente, enmarcado por dos
torres simétricas ubicadas en las esquinas, está adornado con un friso con
motivos clásicos y un barandal que en su centro tiene el escudo provincial.
Éste da paso al Patio de Honor,
rodeado por una amplia galería con un frente de arcos que se asientan sobre
columnas de estilo toscano, en la que se ubicaban las salas de recepción,
escritorios, el salón de billar, comedores y los dormitorios para la familia
del general y sus ilustres visitantes.
El segundo patio, denominado Patio del Parral, está bordeado por un parral de hierro forjado y es semejante al anterior. En él se encontraban las habitaciones para los visitantes de menor categoría.
Existe un tercer patio, en el contra frente, donde se encontraban las dependencias y habitaciones para el personal de servicio.
El segundo patio, denominado Patio del Parral, está bordeado por un parral de hierro forjado y es semejante al anterior. En él se encontraban las habitaciones para los visitantes de menor categoría.
Existe un tercer patio, en el contra frente, donde se encontraban las dependencias y habitaciones para el personal de servicio.
En sus jardines hay bustos de
hombres célebres como Napoleón, Hernán Cortés, Alejandro Magno y Julio
César, y esculturas del entrerriano León Sola, quien realizara estudios en Italia, solventados por el general
Urquiza.
En esta magnífica construcción se
desarrollaron eventos históricos para la naciente República Argentina, y allí
vivió y también murió el general Urquiza, asesinado el 11 de abril de 1870. El dormitorio donde ocurrió
el asesinato, fue transformado posteriormente por su esposa en oratorio.
El Estado Nacional declaró Museo Histórico Nacional al Palacio San José mediante la Ley
12.261, del 30 de agosto de 1935.
Entonces se construyó en los terrenos contiguos el restaurante "Posta de
San José", con las dimensiones necesarias para recibir a los grandes
contingentes turísticos que visitan el lugar hasta el día de hoy.
Reliquia
histórica, estampa de la presencia inmigrante en la zona, el molino debe su
nombre a su tenaz creador, el suizo Juan Bautista Forclaz, quien a falta de las
condiciones propicias, ingenió una modalidad distinta poniendo en marcha este
sistema al mejor estilo holandés. Sin embargo, la inexistencia de los vientos
potentes necesarios para su eficaz funcionamiento, dejarían inactiva la enorme
inversión, debiendo Forclaz volver al mecanismo usual de molienda: el sistema
de tiraje de mulas.
En 1985, la imponente construcción sería declarada Monumento Histórico Nacional, y en 1996 un subsidio permitiría su correspondiente restauración. Constituye en la actualidad uno de los sitios más atractivos de la zona, capaz de captar la afluencia de enorme cantidad de turistas.
Puede contemplarse a unos 4Kms. de Colón, a unos 200mts del camino de ripio que une a esta ciudad con la de San José. Carteles indicadores ofician de guías entre los verdes paisajes que lo preceden.
En 1985, la imponente construcción sería declarada Monumento Histórico Nacional, y en 1996 un subsidio permitiría su correspondiente restauración. Constituye en la actualidad uno de los sitios más atractivos de la zona, capaz de captar la afluencia de enorme cantidad de turistas.
Puede contemplarse a unos 4Kms. de Colón, a unos 200mts del camino de ripio que une a esta ciudad con la de San José. Carteles indicadores ofician de guías entre los verdes paisajes que lo preceden.
:
Erigida sobre un terreno que habría soportado con anterioridad la existencia de otros tres templos católicos, la magnífica Catedral de Paraná fue inaugurada como tal en 1885 y bendecida el primer domingo de octubre de 1886, día de la festividad de la Virgen del Rosario, Patrona de la ciudad.
Su edificio, de estilo ecléctico -el preferido por la arquitectura de la época-, posee dos torres y una cúpula externas, tres naves interiores, y una imponente estatua de San Pedro en la entrada. El campanario consta de cuatro campanas, una las cuales fue fundida en la residencia particular del General Urquiza con aportes de objetos de oro y plata donados por los vecinos.
El templo resguarda en su esplendor un Museo Histórico de importancia para los fieles católicos.
La Catedral de Paraná fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1942.
Se ubica en calle Monte Caseros, entre Urquiza y 25 de Mayo.
Aunque la
iglesia como institución existe desde 1857, es decir, desde la llegada de los
colonos a estas tierras es en 1885 cuando se construye el templo y adquiere
categoría de Parroquia en 1901. Dentro de los servicios que ofrece, no
relacionados con el culto, presta a través de Caritas asistencia social y
facilita su salón a la comunidad para acciones de interés de la población.
El Templo es de planta rectangular, dividida en 3 angostas naves. La central se prolonga, formando el presbiterio donde se encuentra el altar principal en mármol de carrara. Este eje culmina en un ábside detrás del altar, que es un medio tambor cubierto con media cúpula. Sobre el presbiterio una cúpula sobre pechinas y a su derecha el campanario completan el edificio. Este campanario era una torre trunca de 2 tramos que se eleva en las reformas del año 40. La separación entre naves está dada por una serie de arcos ojivales que descansan en robustas columnas, con capiteles de orden corintio.
Los cielorrasos (modificados en la década del 1970/80) son de tablas de madera en las naves laterales y armado a la cal en la nave central. El coro se desarrolla sobre un entrepiso de madera y perfilaría de hierro, al que se accede por una escalera caracol ubicada junto a una columna. Su parapeto es de corte neogótico con profusión de arcos ojivales. Originalmente no contaba con atrio, pero en fotos de la primera década del siglo XX, ya aparece construido el actual atrio, de techo plano de bovedilla que se asienta en el frente en 4 columnas con capiteles corintios y cuyo fuste está hecho en piedra broza de la región.
En el frente había una sola abertura central, a la que luego se le agregan dos mas correspondiendo a cada nave lateral. Las aberturas son de madera y tiene iluminación natural en lo alto con vidrios repartida de colores.
El Templo es de planta rectangular, dividida en 3 angostas naves. La central se prolonga, formando el presbiterio donde se encuentra el altar principal en mármol de carrara. Este eje culmina en un ábside detrás del altar, que es un medio tambor cubierto con media cúpula. Sobre el presbiterio una cúpula sobre pechinas y a su derecha el campanario completan el edificio. Este campanario era una torre trunca de 2 tramos que se eleva en las reformas del año 40. La separación entre naves está dada por una serie de arcos ojivales que descansan en robustas columnas, con capiteles de orden corintio.
Los cielorrasos (modificados en la década del 1970/80) son de tablas de madera en las naves laterales y armado a la cal en la nave central. El coro se desarrolla sobre un entrepiso de madera y perfilaría de hierro, al que se accede por una escalera caracol ubicada junto a una columna. Su parapeto es de corte neogótico con profusión de arcos ojivales. Originalmente no contaba con atrio, pero en fotos de la primera década del siglo XX, ya aparece construido el actual atrio, de techo plano de bovedilla que se asienta en el frente en 4 columnas con capiteles corintios y cuyo fuste está hecho en piedra broza de la región.
En el frente había una sola abertura central, a la que luego se le agregan dos mas correspondiendo a cada nave lateral. Las aberturas son de madera y tiene iluminación natural en lo alto con vidrios repartida de colores.
A 30 kilómetros al norte de la ciudad de Colón, cabecera del departamento del mismo nombre, coronando las cumbres de unas cuchillas de escasa altura, se encuentra Villa Elisa. Fundada por Héctor de Elia en 1890, el nombre de la localidad recuerda el de su esposa, doña Elisa Dickson, en cuyo honor le fue puesto.
Esta ciudad se halla edificada sobre una planta urbana, cuya traza de calles permite la construcción de las casas de modo de aprovechar los beneficios de la luz solar durante todo el día. Dos amplias avenidas de 50 metros de ancho se cruzan perpendicularmente en el centro. Allí se levantaba la primitiva iglesia local, actualmente reemplazada por un nuevo templo de imponencia majestuosa, que ostenta en su aguja saetada la milenaria cruz del cristianismo.
Según los datos arrojados por el último censo, Villa Elisa cuenta con una población aproximada de 10.000 habitantes, que en su mayoría proviene de un desprendimiento del triple tronco inmigratorio que arribó a estas tierras desde Francia, Suiza e Italia, en épocas de la fundación de la colonia San José (1857) por el Gral. Justo José de Urquiza.
Menos de dos años tardó la zona en triplicar su población, y con ella llegó el desarrollo y la evolución económica, como lo demuestran las casi 6 mil hectáreas cultivadas en 1892. Han transcurrido poco más de cien años y su gente mantiene aún ese espíritu de progreso.
En la estación Elisa puede apreciarse aún el tanque de agua llamado hidrante, que servía para alimentar las gargantas de las máquinas a vapor, y los galponcitos que alojaran a la cuadrilla de Villa Elisa, la que con una dotación de 10 hombres tenía a cargo el mantenimiento de la vía desde 1º de Mayo hasta La Clarita. La casa de chapa era la que usaba el capataz.
Es una localidad muy pequeña perteneciente al Departamento Concepción del Uruguay, cuyo nombre proviene de una de las batallas más importantes libradas por el General contra Rosas: Caseros, originada el 1º de Mayo por un pronunciamiento de aquel. Fue fundada por uno de los hijos de Urquiza, y actualmente reúne unos 800 habitantes en su planta urbana.
La gente del pueblo se dedica principalmente a la avicultura y las actividades agrícola-ganaderas. Cuentan con una Escuela Primaria y Secundaria, una biblioteca, una capilla y un Centro Comunitario.
En la Estación 1º de Mayo aún pueden apreciarse "los bretes", que en otros tiempos sirvieron para cargar la hacienda que se transportaba con destino a Buenos Aires.
En su época de esplendor, la estación contaba con un jefe de Estación, un auxiliar y un cambista. En 1977, como las demás estaciones, fue clausurada.
Este poblado, que fue fundado en 1898 y que actualmente tiene unos 1.200 habitantes dedicados mayoritariamente a la actividad avícola y agro ganadera, se llamó antiguamente Villa María Luisa, pero por la importancia que tuvo el ferrocarril y la Estación Pronunciamiento, dicho nombre se impuso sobre aquel.
Cuenta con una Escuela Primaria y Secundaria, biblioteca, Club Social y anualmente en el mes de enero es sede de la Fiesta Provincial del Pollo. Pueden contemplarse aún en su extensión las ruinas de lo que fue la cuadrilla Nº 71, que con una dotación de 10 hombres se encargaba del mantenimiento y limpieza del ramal desde Caseros hasta 1º de Mayo.
Fue fundada en 1873 por un inmigrante italiano llamado Nicolás Mugherli, quien reprodujo en su creación tanto la estructura como la orientación geográfica de su pueblo natal "Villa Udine".
Aún hoy los lugareños la conocen por ese nombre, manteniendo su tradición. En la actualidad, cuenta con aproximadamente 2.000 habitantes, vinculados a la actividad avícola y agroganadera.
Cuenta con Escuela Primaria y Secundaria, Biblioteca, Club Social, y presenta un importante movimiento comercial.
El Tren Histórico de Villa Elisa llega hasta el pueblo, pero para arribar al Palacio San José, los pasajeros son trasportados en un colectivo a lo largo de 4Kms.
Entre estas dos últimas localidades se encuentra un paso que es muy importante destacar. Fue construido en 1905 por ciudadanos polacos y yugoslavos. Su edificación está realizada en hierro y remaches en caliente, una técnica muy usada en la época, y muy efectiva, lo que puede notarse en la evidencia de que con el paso de los años y el abandono se ha mantenido intacto. El Arroyo que lo atraviesa es el "Santa María".
Parque Nacional El Palmar:
Por su
cercanía con los principales centros urbanos del país, este Parque es sin duda,
uno de los más visitados y conocidos de nuestra geografía.
Lo llamativo de su paisaje poblado de palmeras, los bosques en galería que pueblan las márgenes de los ríos, la belleza del Río Uruguay y la abundancia de la fauna silvestre, constituyen sus principales atractivos. Se destaca además por ofrecer comodidades y servicios al visitante, entre ellos: buenos caminos, camping, proveeduría, centro de informes, folletería y hasta una playa sobre el río Uruguay, ideal para el verano.
El Parque protege también distintos ambientes característicos del Espinal, como el pastizal, íntimamente ligado con los palmares en conformación de un ecosistema único (palmar-pastizal) que brinda alimento y refugio a innumerables especies de animales: extraordinaria cantidad de insectos, reptiles como la Yarará, varias especies de culebras, pequeños roedores y aves típicas de estos ambientes como el Carpintero Blanco y el Real. También es posible encontrar a algún escurridizo Gato Montés al acecho de su presa. Siguiendo las ondulaciones del terreno, los bosques de yatay se van raleando hacia las zonas bajas para dejar paso a dilatadas sabanas, salpicadas por Espinillos, Talas y Ñándubayes de tortuosa figura, por donde transitan Ñandúes, Hurones, Zorrinos. Los pastizales que ocupan las suaves pendientes se confunden con los pajonales de los terrenos más bajos e inundables, formando ambientes acuáticos de increíble riqueza faunística, donde habitan batracios y bellas aves como el Chiflón, el Pecho Amarillo y el Ipacaá.
Si observamos con detenimiento, encontraremos Tortugas Pintadas tomando sol sobre un tronco en medio de una laguna. En las cercanías del camping, hallaremos el Monte Xerófilo, una formación densa y baja en la que crecen Molles, Espinillos y Ñandubayes, junto a numerosos arbustos adornados por enredaderas como la Pasionaria o Mburucuyá, y donde es común observar a los Zorros de Monte. Las costas bajas del Río Uruguay están tapizadas por una profusa vegetación, aunque en algunos sectores existen pronunciadas barrancas de hasta 15 metros de altura. A esta formación húmeda, que es una prolongación empobrecida de la selva misionera, se la denomina Selva en Galería, y permite admirar una gran diversidad de especies vegetales. Abundan las enredaderas, lianas y epífitas (Clavel del Aire y Barba de Viejo), las cuales se encuentran asociadas a distintas especies arbóreas como el Arrayán del Norte y el Laurel. El Arañero de Cara Negra y el Pitiayumí son las aves más características que encuentran refugio en esta formación boscosa. Un ambiente similar bordea los distintos arroyos que surcan el parque, siendo los más importantes el Palmar y Los Loros. Estos cursos de agua son los ambientes predilectos del roedor más grande del mundo: el Carpincho, y de otros mamíferos como el Lobito de Río, el Coipo (mal llamado Nutria), y de aves acuáticas, entre ellas el Biguá y los Martín Pescadores.
Lo llamativo de su paisaje poblado de palmeras, los bosques en galería que pueblan las márgenes de los ríos, la belleza del Río Uruguay y la abundancia de la fauna silvestre, constituyen sus principales atractivos. Se destaca además por ofrecer comodidades y servicios al visitante, entre ellos: buenos caminos, camping, proveeduría, centro de informes, folletería y hasta una playa sobre el río Uruguay, ideal para el verano.
El Parque protege también distintos ambientes característicos del Espinal, como el pastizal, íntimamente ligado con los palmares en conformación de un ecosistema único (palmar-pastizal) que brinda alimento y refugio a innumerables especies de animales: extraordinaria cantidad de insectos, reptiles como la Yarará, varias especies de culebras, pequeños roedores y aves típicas de estos ambientes como el Carpintero Blanco y el Real. También es posible encontrar a algún escurridizo Gato Montés al acecho de su presa. Siguiendo las ondulaciones del terreno, los bosques de yatay se van raleando hacia las zonas bajas para dejar paso a dilatadas sabanas, salpicadas por Espinillos, Talas y Ñándubayes de tortuosa figura, por donde transitan Ñandúes, Hurones, Zorrinos. Los pastizales que ocupan las suaves pendientes se confunden con los pajonales de los terrenos más bajos e inundables, formando ambientes acuáticos de increíble riqueza faunística, donde habitan batracios y bellas aves como el Chiflón, el Pecho Amarillo y el Ipacaá.
Si observamos con detenimiento, encontraremos Tortugas Pintadas tomando sol sobre un tronco en medio de una laguna. En las cercanías del camping, hallaremos el Monte Xerófilo, una formación densa y baja en la que crecen Molles, Espinillos y Ñandubayes, junto a numerosos arbustos adornados por enredaderas como la Pasionaria o Mburucuyá, y donde es común observar a los Zorros de Monte. Las costas bajas del Río Uruguay están tapizadas por una profusa vegetación, aunque en algunos sectores existen pronunciadas barrancas de hasta 15 metros de altura. A esta formación húmeda, que es una prolongación empobrecida de la selva misionera, se la denomina Selva en Galería, y permite admirar una gran diversidad de especies vegetales. Abundan las enredaderas, lianas y epífitas (Clavel del Aire y Barba de Viejo), las cuales se encuentran asociadas a distintas especies arbóreas como el Arrayán del Norte y el Laurel. El Arañero de Cara Negra y el Pitiayumí son las aves más características que encuentran refugio en esta formación boscosa. Un ambiente similar bordea los distintos arroyos que surcan el parque, siendo los más importantes el Palmar y Los Loros. Estos cursos de agua son los ambientes predilectos del roedor más grande del mundo: el Carpincho, y de otros mamíferos como el Lobito de Río, el Coipo (mal llamado Nutria), y de aves acuáticas, entre ellas el Biguá y los Martín Pescadores.
Palacio San Carlos:
En setenta
espléndidas hectáreas se extiende el gran pulmón verde conocido como Parque San
Carlos; al noreste de la ciudad, a la vera del río Uruguay, en el paraje Salto
Chico, con la belleza característica de su paisaje y la historia colmada de
interesantes aristas brotando de las ruinas de su castillo.
Visitar este lugar significa internarse en un entorno de naturaleza intensa, contemplar un cautivante lago artificial, ver en el centro una imagen del Cristo de la Hermandad, pasar por un sector de coloridos juegos infantiles, descubrir de pronto una encantadora escultura del Principito, llegar a un Monumento al Éxodo, recorrer un vivero. Y un poco más allá, acercándose a la costa, alcanzar una superficie de piedra y agua, una vista plena hacia Salto Uruguay, y un espacio ideal para la práctica de pesca con mosca.
La notoria particularidad de este lugar son sus lomadas y bosques en galería, que atesoran lo que en otros tiempos fuera una de las más importantes mansiones de la región. Una gran casa señoral, mandada a construir por el francés Eduardo De Machy, que el correr impetuoso del tiempo ha convertido en habitáculo de pájaros y plantas.
El Palacio de San Carlos hechizaba a los lugareños por la belleza de la construcción, sumado a la finísima decoración de su interior. Construido en apenas dos años, entre 1886 y 1888, en base a materiales traídos desde distintos puntos de Europa, poseía instalaciones y comodidades desconocidas para la zona: calefacción central por medio de hogares de mármol, sistema de iluminación a gas, sistema de agua corriente, sanitarios móviles y más.
Aún hoy los investigadores no han encontrado respuesta a la repentina partida del matrimonio propietario, apenas tres años después de su establecimiento en la mansión, llevándose sus vestimentas y dejando allí lo mucho de valor que existía.
La casona quedó luego abandonada y por varios años fue saqueada perdiendo todo lo de valor que contenía. Eran ya una leyenda sus primeros dueños, sus fastuosas fiestas, sus industrias. Las depredaciones se sucedieron, el tiempo y la erosión sumaron su desgarro, y el espléndido castillo al estilo Luis XV -con sus dos plantas, sus jardines y sus estatuas-, transitó por una gran agonía que culminaría con el incendio de 1938 y su reducción a ruinas.
En la actualidad sólo ha quedado la estructura de la mansión. Sobre las ruinas de lo que fuera el saladero, funciona una confitería bailable llamada Hostal del Río. También persiste allí un vivero municipal, y sobre la zona costera del Parque Rivadavia, se ubican magníficas playas aledañas al Salto Chico del río Uruguay.
Dentro del lugar, y ocupando 8 hectáreas, se encuentra el Jardín Botánico denominado "Ca'a Porá" -término guaraní que significa "vegetación hermosa-", y se alza el imponente Cristo de la Hermandad, tallado en madera por Luis Sissara.
Visitar este lugar significa internarse en un entorno de naturaleza intensa, contemplar un cautivante lago artificial, ver en el centro una imagen del Cristo de la Hermandad, pasar por un sector de coloridos juegos infantiles, descubrir de pronto una encantadora escultura del Principito, llegar a un Monumento al Éxodo, recorrer un vivero. Y un poco más allá, acercándose a la costa, alcanzar una superficie de piedra y agua, una vista plena hacia Salto Uruguay, y un espacio ideal para la práctica de pesca con mosca.
La notoria particularidad de este lugar son sus lomadas y bosques en galería, que atesoran lo que en otros tiempos fuera una de las más importantes mansiones de la región. Una gran casa señoral, mandada a construir por el francés Eduardo De Machy, que el correr impetuoso del tiempo ha convertido en habitáculo de pájaros y plantas.
El Palacio de San Carlos hechizaba a los lugareños por la belleza de la construcción, sumado a la finísima decoración de su interior. Construido en apenas dos años, entre 1886 y 1888, en base a materiales traídos desde distintos puntos de Europa, poseía instalaciones y comodidades desconocidas para la zona: calefacción central por medio de hogares de mármol, sistema de iluminación a gas, sistema de agua corriente, sanitarios móviles y más.
Aún hoy los investigadores no han encontrado respuesta a la repentina partida del matrimonio propietario, apenas tres años después de su establecimiento en la mansión, llevándose sus vestimentas y dejando allí lo mucho de valor que existía.
La casona quedó luego abandonada y por varios años fue saqueada perdiendo todo lo de valor que contenía. Eran ya una leyenda sus primeros dueños, sus fastuosas fiestas, sus industrias. Las depredaciones se sucedieron, el tiempo y la erosión sumaron su desgarro, y el espléndido castillo al estilo Luis XV -con sus dos plantas, sus jardines y sus estatuas-, transitó por una gran agonía que culminaría con el incendio de 1938 y su reducción a ruinas.
En la actualidad sólo ha quedado la estructura de la mansión. Sobre las ruinas de lo que fuera el saladero, funciona una confitería bailable llamada Hostal del Río. También persiste allí un vivero municipal, y sobre la zona costera del Parque Rivadavia, se ubican magníficas playas aledañas al Salto Chico del río Uruguay.
Dentro del lugar, y ocupando 8 hectáreas, se encuentra el Jardín Botánico denominado "Ca'a Porá" -término guaraní que significa "vegetación hermosa-", y se alza el imponente Cristo de la Hermandad, tallado en madera por Luis Sissara.
Además la
provincia de Entre Ríos, cuenta con varios centros termales, los que se
destacan principalmente en ciudad de Villa Elisa, San José, Colón y Concepción
del Uruguay.
Justo José de
Urquiza:
Miembro de la oligarquía
argentina, Justo José de Urquiza nació el 18 de Octubre de 1801. Fue educado en
el Colegio de San Carlos en Buenos Aires, donde se graduó en1816. Pronto adquirió experiencia
política y administrativa. En 1818 fue
empleado del puerto de Buenos Aires; luego de regresar a Entre Ríos en Junio
de 1819 trabajó como
agente administrativo. Las relaciones de su familia con el dictador Francisco
Ramírez permitieron a Urquiza entrar en la política. Estuvo activo en la
política de su provincia por muchos años antes de ir a Buenos Aires como
representante de Pascual Echagüe, Gobernador de Entre Ríos. En la capital,
Urquiza se convirtió en confidente de Rosas. Designado Coronel en 1837, reemplazó a su jefe Echagüe como Gobernador de Entre Ríos
en 1841.
Como Gobernador se convirtió en una fuerza hegemónica suprimiendo las fuerzas militares dentro de la provincia. Luego procedió a romper con el poder militar del Gobernador de Corrientes. Además trajo orden a su provincia a través de reformas fiscales y administrativas en el gobierno de la provincia y reformas educativas en las escuelas.
Usando a Entre Ríos como una poderosa base y formando alianzas con otras provincias, Urquiza fue en contra de Rosas, enfrentándolo en Febrero de 1852 en la batalla de Monte Caseros. En Abril de 1852 firmó el Protocolo de Palermo que lo autorizaba a regular las relaciones entre las provincias. Como dictador provisional de Argentina, en Agosto de 1852 se amoldó a lo decidido por el Congreso Constitucional de Santa Fe que en 1853 sancionó una nueva Constitución basándose en la de Estados Unidos. Todas las provincias aceptaron la nueva Constitución, pero Buenos Aires se rehusó a unirse a esta nueva unión y no fue miembro sino hasta 1859. Además de crear la Confederación Argentina, Urquiza siendo Presidente negoció el tratado de navegación con Gran Bretaña, Francia, y los Estados Unidos, lo que determinó una gran apertura de los puertos argentinos hacia el comercio mundial.
Luego de dejar la presidencia en 1860 fue General del ejército y continuó como Gobernador de Entre Ríos. En 1861 nuevamente la guerra rompió las relaciones entre Buenos Aires y las provincias terminando en el triunfo de Buenos Aires, en la Batalla de Pavón. Desde 1865 hasta 1868 Urquiza fue Comandante del ejército argentino en la guerra contra el Paraguay. Fue asesinado en su casa junto a sus hijos por los seguidores de uno de sus rivales políticos de Entre Ríos el 11 de Abril de 1870.
Como Gobernador se convirtió en una fuerza hegemónica suprimiendo las fuerzas militares dentro de la provincia. Luego procedió a romper con el poder militar del Gobernador de Corrientes. Además trajo orden a su provincia a través de reformas fiscales y administrativas en el gobierno de la provincia y reformas educativas en las escuelas.
Usando a Entre Ríos como una poderosa base y formando alianzas con otras provincias, Urquiza fue en contra de Rosas, enfrentándolo en Febrero de 1852 en la batalla de Monte Caseros. En Abril de 1852 firmó el Protocolo de Palermo que lo autorizaba a regular las relaciones entre las provincias. Como dictador provisional de Argentina, en Agosto de 1852 se amoldó a lo decidido por el Congreso Constitucional de Santa Fe que en 1853 sancionó una nueva Constitución basándose en la de Estados Unidos. Todas las provincias aceptaron la nueva Constitución, pero Buenos Aires se rehusó a unirse a esta nueva unión y no fue miembro sino hasta 1859. Además de crear la Confederación Argentina, Urquiza siendo Presidente negoció el tratado de navegación con Gran Bretaña, Francia, y los Estados Unidos, lo que determinó una gran apertura de los puertos argentinos hacia el comercio mundial.
Luego de dejar la presidencia en 1860 fue General del ejército y continuó como Gobernador de Entre Ríos. En 1861 nuevamente la guerra rompió las relaciones entre Buenos Aires y las provincias terminando en el triunfo de Buenos Aires, en la Batalla de Pavón. Desde 1865 hasta 1868 Urquiza fue Comandante del ejército argentino en la guerra contra el Paraguay. Fue asesinado en su casa junto a sus hijos por los seguidores de uno de sus rivales políticos de Entre Ríos el 11 de Abril de 1870.
Bibliografía:
Folletos de la dirección de turismo de
Entre Ríos
Trabajo
Práctico de la Provincia de Entre Ríos, año 2002.
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