CABILDO ABIERTO DEL 22 DE MAYO DE 1810

CABILDO ABIERTO DEL 22 DE MAYO DE 1810

sábado, 6 de octubre de 2012

CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES


Generalidades
La Ciudad de Buenos Aires o Ciudad Autónoma de Buenos Aires, también llamada Capital Federal por ser sede del gobierno federal, es la capital de la República Argentina. Está situada en la región centro-este del país, sobre la orilla occidental del Río de la Plata, en plena llanura pampeana. Tiene una  población de 2.890.151 habitantes.
El tejido urbano se asemeja a un abanico que limita al sur, oeste y norte con la provincia de Buenos Aires y al este con el Río de la Plata. Oficialmente la ciudad se encuentra dividida en 48 barrios. La metrópolis es una ciudad autónoma que constituye uno de los 24 distritos en los que se divide el país. Tiene sus propios poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, además de su propia Policía.
La Ciudad de Buenos Aires tuvo dos fundaciones. La primera fue en 1536 por Pedro de Mendoza, luego, abandonada en 1541 debido al asedio constante de los nativos. La segunda fundación data en 1580 y fue realizada por Juan de Garay. En ambas ocasiones perteneció al Virreinato del Perú del Imperio Español. En 1776 fue designada capital del recién creado Virreinato del Río de la Plata por el rey de España. Durante la primera de las invasiones inglesas, ocurrida en 1806, la ciudad fue ocupada por fuerzas armadas inglesas y quedó por 45 días bajo la bandera del Reino Unido. En 1810, los pobladores de la ciudad realizaron la Revolución de Mayo, que expulsó al virrey, estableció una junta de autogobierno y dio inicio a la guerra por la independencia de Argentina. Durante el gobierno de Bartolomé Mitre se dictó la Ley de Compromiso, por la cual fue la sede del gobierno nacional y, a su vez, de los poderes públicos provinciales. Finalmente, en 1880, durante el gobierno de Nicolás Avellaneda, fue federalizada. El Gran Buenos Aires fue uno de los principales destinos del proceso inmigratorio que tuvo la Argentina desde fines del siglo XIX. Tras la Reforma de la Constitución Argentina de 1994 la ciudad pudo contar con su propia Constitución y con un gobierno autónomo de elección directa.

Toponimia
En la primera fundación Pedro de Mendoza llamó al sitio Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre para cumplir la promesa que hiciera a la Patrona de los Navegantes que se hallaba en la Cofradía de los Mareantes de Triana y de la que él era miembro. En efecto, “Buen Ayre” era la castellanización del nombre de la Virgen de Bonaria, es decir, de la Virgen de la Candelaria a quien los padres mercedarios habían levantado un santuario para los navegantes en Cagliari, Cerdeña, y que era venerada también por los navegantes de Cádiz, España.
Por muchos años se le atribuyó el nombre a Sancho del Campo, de quien Ruy Díaz de Guzmán en su obra La Argentina manuscrita recogió la frase: ¡Qué buenos aires son los de este suelo!, que pronunció al bajar. Sin embargo en 1892 Eduardo Madero tras realizar exhaustivas investigaciones en los archivos españoles terminaría por concluir que el nombre estaba íntimamente relacionado con la devoción de los marinos sevillanos por Nuestra Señora de los Buenos Aires.
En la segunda fundación, Juan de Garay le da al nuevo asentamiento el nombre de Ciudad de la Trinidad. La razón sería que la festividad más importante cercana a la fecha había sido la de la Trinidad o, según algunos historiadores, porque la nave ancló el día de dicha festividad. Pero al puerto le dio el nombre de Puerto de Santa María de los Buenos Ayres. Sin embargo los designios del vizcaíno no tuvieron éxito ya que a pesar de que jamás hubo disposición oficial alguna que cambiara su nombre, el uso inapelablemente consagró desde el primer momento el nombre de Buenos Aires para la ciudad.
En la Argentina suelen referirse a la ciudad con distintas denominaciones además de Buenos Aires. El nombre de Capital Federal ("Cap. Fed.") es uno de los más utilizados —sobre todo para diferenciarla de la provincia homónima—, en alusión a la condición de distrito independiente que adquirió con la ley de Federalización que promulgara Julio Argentino Roca. Muchas veces también se utiliza el término "Ciudad de Buenos Aires", o sencillamente "Buenos Aires", aunque este último se presta a confusión con la provincia lindante.
El nombre de Ciudad Autónoma de Buenos Aires ("CABA") es uno de los títulos que oficialmente le dio la Constitución de la Ciudad sancionada en 1996. Informalmente suele denominársela Baires, apócope de la forma original, común dentro de la ciudad (especialmente entre los jóvenes) pero poco utilizada en el interior del país. Poéticamente se le han atribuido numerosos nombres, tales como la París del sur por su belleza arquitectónica y su carácter cultural, o la Cabeza de Goliat según un ensayo de Ezequiel Martínez Estrada, en alusión a su tamaño e influencia desproporcionada sobre el resto del país o, en razón de su ubicación y prestigio; la Reina del Plata.

Ubicación
La Ciudad de Buenos Aires se encuentra en Sudamérica, a 34° 36' de latitud sur y 58° 26' de longitud oeste, en la margen del Río de la Plata. Frente a sus costas se encuentra Colonia del Sacramento, y más lejos, Montevideo, la capital de Uruguay, a sólo 220 km (45 min en avión ó 2.30 h en barco). A 1065 km (1.45 h de avión) se encuentra Asunción, capital del Paraguay; a 1139 km (2 h de avión), Santiago, capital chilena; y un poco más lejos, a 1719 km (3 h de avión), se encuentra São Paulo, la otra gran metrópolis de América del Sur.

Límites
El Río de la Plata (al este y al norte) y el Riachuelo (al sur) son los límites naturales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El resto del perímetro está rodeado por la colectora externa de la Avenida General Paz, autopista de 24 km de extensión que circunvala la ciudad de norte a oeste; existe un pequeño tramo de no más de 2 km comprendido entre la Avenida Intendente Cantilo y el Río de la Plata donde el límite con la provincia de Buenos Aires en parte es la línea imaginaria de la prolongación de la Av. General Paz y otro tramo el arroyo Raggio, este sector corresponde al límite entre el Parque de los Niños y el Paseo de la Costa. Esto se debe a que la Av. General Paz no finaliza en la costa del río sino en la Av. Intendente Cantilo. Esta avenida enlaza de manera rápida la ciudad con el resto del Gran Buenos Aires, una franja de alta concentración de habitantes y fuerte actividad comercial e industrial. Excepto su límite oriental con el Río de La Plata, todos los otros límites indicados de la ciudad separan su jurisdicción de la correspondiente a la provincia de Buenos Aires.

Hidrografía
La región estaba antiguamente atravesada por diferentes arroyos y lagunas, algunos de los cuales fueron rellenados y otros entubados. Entre los arroyos de importancia están los Terceros (del Sur, del Medio y del Norte), Maldonado, Vega, Medrano, Cildáñez y White. En 1908 muchos arroyos fueron encauzados y rectificados, ya que con las crecidas causaban daños a la infraestructura de la ciudad. Fueron canalizados pero se mantenían a cielo abierto, construyéndose varios puentes para su cruce. Finalmente en 1919 se dispuso su canalización cerrada, pero los trabajos comenzaron recién en 1927, terminando algunos en 1938 y otros, como el Maldonado, en 1954.

Relieve
La ciudad se encuentra casi en su totalidad en la región pampeana, salvo algunas zonas como la Reserva Ecológica de Buenos Aires, la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors, el Aeroparque Jorge Newbery, o el barrio de Puerto Madero, que se hallan emergidas artificialmente mediante el relleno de las costas del Río de la Plata.
El límite original de la costa con el río estaba dado por una serie de barrancas, surgidas por las variaciones del nivel del mar (y del estuario del Plata) hace miles de años. La serie de arroyos implicaba la existencia de zonas más deprimidas que otras, conocidas como "valles de inundación". De tal modo, el territorio poseía suaves ondulaciones interrumpidas por el sur, ante el amplio valle de inundación correspondiente al Riachuelo. La zona más elevada se encuentra en el barrio de Monte Castro.

Clima
El clima de la ciudad es templado pampeano (húmedo). Considerando el período 1961-1990, normalmente empleado para designar los promedios climáticos, la temperatura media es de 17,6 °C y la precipitación anual es de 1146 mm. A lo largo del siglo XX las temperaturas de la ciudad han aumentado considerablemente debido a la isla de calor (desarrollo urbano), siendo actualmente 2 °C superior al de regiones cercanas menos urbanizadas. Las precipitaciones también se han acrecentado desde 1973, como ya ocurrió en el anterior hemiciclo húmedo: 1870 a 1920.
Si bien los días cubiertos son más frecuentes en invierno, cuando más llueve es en verano, época en que se desarrollan tormentas a veces muy intensas, por lo que enormes cantidades de agua caen en poco tiempo. En invierno son más comunes lloviznas débiles pero continuas. De todos modos no puede decirse que haya estacionalidad de lluvias. Los veranos son cálidos, con un promedio de enero de 24,5 °C. La elevada humedad suele volver sofocante al tiempo. La humedad relativa promedio anual es del 71,4%.30 Los inviernos son suaves, con una temperatura promedio de julio de 11 °C. Raramente se dan temperaturas inferiores a 0 °C o superiores a 36 °C. Las nieblas, otra característica de Buenos Aires, se han vuelto infrecuentes, con pocos días al año.

Historia
Desde su fundación hasta 1810
El 3 de febrero de 1536, el español Pedro de Mendoza, estableció el asentamiento al que le dio el nombre de Nuestra Señora del Buen Ayre en una región habitada por aborígenes pampas conocidos como querandíes. Después de hambrunas y conflictos con los querandíes, la posición fue finalmente abandonada y destruida por los propios españoles en 1541.
El 11 de junio de 1580, Juan de Garay fundó la Ciudad de La Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre, con el reparto de tierras entre él, su esposa, y otros 63 colonos, a los que también asignó familias guaraníes, en un sitio presumiblemente cercano al de Mendoza. El motivo de esta fundación queda explicado por las palabras de Juan de Matienzo, oidor de la Audiencia de Charcas, quien en 1556 mencionó la necesidad de abrir una puerta a la tierra, es decir, darle una salida al Atlántico a todo el territorio que existía desde Potosí hacia el sur. En esta ocasión los nativos querandíes, comandados por Tububá, fueron diezmados hasta exterminar su cultura.
España privilegiaba los puertos sobre el Pacífico y por lo tanto marginaba a Buenos Aires, que sólo recibía dos navíos de registro por año, y hubo lustros en los que no llegó ninguno. Esto llevó a que los habitantes (apenas unos 500 en 1602) buscaran burlar la ley y vivir del contrabando, que venía fundamentalmente desde Brasil.  En 1680 los portugueses, recientemente independizados de España, llegaron con una expedición a Colonia del Sacramento, en la costa opuesta del Río de La Plata, pretendiendo establecerse en ese territorio, hasta entonces de aquel país. El gobernador de Buenos Aires, José de Garro, después de enviarle un ultimátum, rechazado por los portugueses, para que se retiraran, reunió a los habitantes (tres mil hombres venidos de las ciudades más cercanas) y con su apoyo organizó un ataque, comandando a los guaraníes asignados. El resultado fue una contundente victoria, que le permitió a Buenos Aires adquirir un mayor prestigio.
En 1776 fue nombrada capital del Virreinato del Río de la Plata. Las causas principales de esta decisión fueron: la necesidad de frenar el avance extranjero en la zona, intentar terminar con el contrabando, y por ser el lugar por el que tenía más fácil acceso España desde el Atlántico. Comienza así un período de gran prosperidad, pues la ciudad fue beneficiada por la Corona española con un tipo de comercio más abierto, flexible y liberal, dado por el Reglamento de Libre Comercio. Podía introducir mercaderías de cualquier región, y conectarse con otros puertos, sin pedir permiso a las autoridades reales. De esta manera cortó con su dependencia política y comercial de Lima. La ciudad vivió un exponencial progreso entre 1780 y 1800, recibiendo además una fuerte inmigración, fundamentalmente de españoles, y en menor medida de franceses e italianos; y se pobló fundamentalmente de comerciantes y unos cuantos estancieros.
Desde su creación hasta 1807 la ciudad sufrió varias invasiones.  En 1806, Gran Bretaña se había interesado en las riquezas de la región y España estaba aliada a Francia, enemigo de aquel imperio. El 27 de junio el mayor general inglés William Carr Beresford se apoderó de Buenos Aires, casi sin resistencia, pues no existía un ejército fuerte y organizado. Tomó el gobierno pero fue derrotado el 12 de agosto de 1806 por un ejército proveniente de Montevideo comandado por el francés Santiago de Liniers. En 1807 una segunda expedición inglesa al mando de John Whitelocke tomó la plaza fuerte de Montevideo y permaneció en este enclave por varios meses. El 5 de julio de 1807, Whitelocke intentó ocupar Buenos Aires, pero sus habitantes y las milicias urbanas, ahora organizadas —y una vez más con ayuda de Liniers— derrotaron a los ingleses. La resistencia del pueblo y su participación activa en la defensa y la reconquista aumentó el poder y la popularidad de los líderes criollos, al tiempo que incrementaba la influencia y el fervor de los grupos independentistas. Buenos Aires ganó en poder militar (conformado principalmente por criollos) y prestigio moral. Paralelamente, quedó en evidencia la insuficiencia de la metrópoli en cuanto a enviar tropas que pudiesen defender a sus colonias, ahora deseadas con avidez por otras potencias emergentes. Todo esto, y la llegada de ideas liberales y fundamentalmente la ocupación de España por el ejército napoleónico, permitió la creación de movimientos emancipadores, que desataron en 1810 la Revolución de Mayo y la creación del primer gobierno patrio.
Como consecuencia de esto se produjo la deposición del poder de los españoles por parte de los criollos. La ciudad, de unos 40.000 habitantes, se transformó en un importante puerto consumidor de productos manufacturados que provenían principalmente de Gran Bretaña y se produjo el desmembramiento del Virreinato del Río de la Plata. Buenos Aires se constituyó en un primer momento en centro hegemónico.

Hasta fines del siglo XIX
El gobierno que sucedió al virrey, la Primera Junta, consideró que tenía todos los poderes de aquel. Lo mismo entendieron los gobiernos que le sucedieron (Junta Grande, Primer y Segundo Triunvirato, y Directorios). La Primera Junta pretendió además designar a los gobernadores-intendentes, enviar ejércitos y recaudar los derechos de aduana. Esto hizo que el resto del virreinato sintiera que la revolución sólo había sustituido el poder central del virrey por el de Buenos Aires, sin obtener ninguna ventaja.
En 1815 las provincias se rebelaron contra el gobierno central al ser designado Carlos María de Alvear como Director Supremo. Éste fue depuesto tres meses después, lo que obligó a insuflar un nuevo motivo de fervor por la Revolución. Así surgió la necesidad de declarar, en el Congreso de Tucumán de 1816, lo que ya era un hecho: la independencia del virreinato con respecto a España. Aquel congreso se trasladó luego a Buenos Aires, y elaboró la Constitución de 1819, que no funcionó y fue desechada por los federales. Al año siguiente las fuerzas federales derrotaron al Directorio y se creó la Provincia de Buenos Aires, siendo su primer gobernador Manuel de Sarratea quien firmó con los vencedores el Tratado del Pilar. Luego de un período de inestabilidad Martín Rodríguez fue designado gobernador  y sus ministros, entre los que se destacaba Bernardino Rivadavia, iniciaron un período de orden y reformas: se creó el Registro nacional, se fundó la Administración de Vacuna y el Archivo General de Buenos Aires y se inauguró la Bolsa Mercantil. En el aspecto cultural se destacó la inauguración de la Universidad de Buenos Aires y se creó la Sociedad de Ciencias Físicas y Matemáticas.
A fines de 1824 se reunió un congreso para redactar una constitución nacional pero a los pocos meses estalló la Guerra del Brasil, lo que obligó a formar un ejército urgentemente, y se pensó que también se tenía que formar un Poder Ejecutivo Nacional para unificar el mando militar. De modo que, sin empezar siquiera a discutir una constitución que le diera marco legal al cargo, el 6 de febrero de 1826 se sancionó la ley de presidencia, creando un Poder Ejecutivo Nacional Permanente, con el título de «Presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Se nombró a Rivadavia como el primer presidente en febrero de 1826, lo que no fue bien recibido en las provincias.
Rivadavia presentó a ese Congreso un proyecto de capitalización de Buenos Aires, la ciudad y gran parte de la campaña circundante se proclamaba capital del Estado. El federalismo porteño se opuso, en defensa de las instituciones de las provincias garantizadas por la ley fundamental, en especial el puerto y la aduana, principal fuente de recursos de la provincia. No obstante, la ley fue sancionada en 1826. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Las Heras, cesó en su cargo por decreto del Poder Ejecutivo. La Junta de Representantes fue disuelta, y se nacionalizaron el ejército de la provincia, las tierras públicas, la aduana y todas las propiedades provinciales. Los hacendados, alarmados por las consecuencias que podía tener la capitalización, dejaron de apoyar a Rivadavia, y este quedó políticamente aislado. Tres meses luego la Constitución de 1826 se aprobó pero las provincias la rechazaron.
Mientras tanto, en 1825, desembarcó en la Banda Oriental la expedición libertadora de Juan Antonio Lavalleja y sus Treinta y Tres Orientales y luego de poner sitio a Montevideo reunieron un congreso que declaró que la Provincia Oriental se reincorporaba a las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Durante la llamada «época de Rivadavia» la ciencia y la cultura prosperaron significativamente. Su impulso reformista dio a la vida intelectual una dinámica desconocida hasta entonces, creando un clima propicio que fructificó en diversos campos a través de la obra personal de muchos individuos.
Las medidas centralistas incrementaron la enemistad de las provincias con su gobierno y la guerra con el Brasil agotó los recursos. Rivadavia tuvo que renunciar y se exilió en Inglaterra. Así, el régimen presidencial concluyó y nuevamente cada provincia se gobernó por sus propias instituciones confiando en Buenos Aires el manejo de las Relaciones Exteriores. La mayoría de los protagonistas comprometidos con el régimen caído emigró, empobreciéndose el que hacer intelectual de tendencia europeizante, principalmente en Buenos Aires.
Se abrió entonces un período de cuestionamiento a los supuestos que hasta entonces habían fundamentado las relaciones porteñas con el resto del país. En 1829, Juan Manuel de Rosas llegó al poder después de derrotar al Partido Unitario. En 1831 derrotó al ejército unitario y dejó el gobierno en 1832 para volver en 1835, asegurándose la suma del poder público, encabezando una coalición formada por la mayor parte de la elite federal y tradicionalista de la ciudad. Rivadavianos y unitarios se vieron obligados a emigrar.
El censo de 1836 realizado en la ciudad a pedido de Rosas indicaba que había 62.000 habitantes. En 1852 ya había 85.000 en 350 manzanas edificadas.
Rosas sancionó una Ley de Aduanas que protegía la producción de las provincias, pero aumentaba notablemente los ingresos de Buenos Aires. En esta época la ciudad enfrentó airosamente el Bloqueo francés y el Bloqueo anglofrancés.
Al derrotar Urquiza a Rosas en la batalla de Caseros, este último se exilió en Inglaterra, y así en Buenos Aires el centro de poder político quedó en manos de liberales y unitarios. Vicente López y Planes fue designado gobernador provisorio de la provincia de Buenos Aires y por el Acuerdo de San Nicolás la aduana de la ciudad fue nacionalizada, y sus ingresos manejados por Urquiza, al designárselo Director de la Nación.
Pero la Legislatura de Buenos Aires, gracias al alegato de Bartolomé Mitre, rechazó el acuerdo, lo que provocó la renuncia del gobernador López. Urquiza pretendió asumir la conducción de Buenos Aires, pero los porteños, tras la revolución de septiembre de 1852 retomaron el control de la ciudad.
De esta manera, si bien el Estado de Buenos Aires no se declaró libre, se apartó del resto de las trece provincias que conformaron la Confederación Argentina.
A partir de Caseros la ciudad se abrió hacia la inmigración. Miles de europeos, especialmente de Italia y España le cambiaron la fisonomía a la ciudad y a su idiosincrasia. Se realizaron construcciones de todo tipo, incluyendo el primer ferrocarril de la Argentina, que unía la ciudad con el pueblo de Flores, que en aquel entonces estaba en la provincia. Los palacios y casas fueron construidos u ornamentados al estilo italiano, reemplazando al "estilo colonial".
La fundación en 1854 de la Municipalidad permitió ordenar la ciudad. Pero la falta de higiene era un gran problema y fue recién después de la epidemia de fiebre amarilla de 1871 que diezmó literalmente la población que se mejoró el problema del agua corriente y se mejoraron las condiciones de vida de la población, que en algunos lugares vivía hacinada y en 1875 se creó el amplio espacio verde del Parque Tres de Febrero.
Durante el largo proceso que llevó a la creación del Estado Nacional Argentino, Buenos Aires fue elegida lugar de residencia del Gobierno Nacional, aunque éste carecía de autoridad administrativa sobre la ciudad, que formaba parte de la provincia de Buenos Aires. La necesidad del gobierno nacional de federalizarla, sumada al movimiento de tropas ordenado por el gobernador de la provincia, Carlos Tejedor, produjo en 1880 una serie de enfrentamientos que terminarían con la derrota de la provincia de Buenos Aires y la federalización de la ciudad. Posteriormente, la provincia cedió los partidos de Flores y Belgrano, que fueron anexados al territorio de la Capital Federal, recibiendo a cambio una compensación económica.
En 1882 el Congreso Nacional creó las figuras del Intendente y el Concejo Deliberante de la Ciudad. El intendente no era elegido por voto popular, sino que era designado por el Presidente de la Nación en conformidad con el Senado. El primero en ejercer el nuevo cargo fue Torcuato de Alvear, designado en 1883 por Julio A. Roca. En cambio el Concejo Deliberante sí era votado por los habitantes.
Además la ciudad se volvió cosmopolita, a diferencia del resto del país, y desarrolló una potencialidad financiera y cultural. La Nación hizo todo lo posible por agrandar y embellecer la ciudad que ahora le pertenecía. De 337.617 habitantes en 1880, la ciudad pasó a tener en 1895 649.000 de los que sólo 320.000 eran nativos.


Hasta la actualidad
·         Hacia fines del siglo XIX y principios del siglo XX la ciudad sufrió una transformación importante; la prosperidad económica que atravesaba el país sumada a las preparaciones para el I Centenario que se celebraría en 1910 permitieron  que la infraestructura urbana se desarrollara. Se mejoraron los servicios públicos y en 1913 contó con el primer subterráneo de Iberoamérica. En lo urbanístico se modificó en estilos, edificios altos y en la traza urbana. Se discutieron y formularon planes para hacer de la metrópolis el símbolo de una nueva y progresista nación.
·         El aumento del tráfico comercial requería la construcción de un nuevo puerto en la ciudad. Eduardo Madero había presentado varios proyectos para su construcción en 1861 y 1869, pero fue en 1882 cuando su proyecto es aceptado gracias a su tío Francisco Madero, vicepresidente de la Nación durante la primera presidencia de Julio Argentino Roca. El puerto fue inaugurado en 1884, pero la dársena norte y el dique 4 fueron inaugurados recién en 1897. Este puerto tuvo muchas deficiencias; por lo que en 1908 el Congreso de la Nación estableció la construcción del Puerto Nuevo, que fue inaugurado en forma provisoria en 1919, compuesto por dársenas abiertas y ubicado al norte de la Avenida Córdoba.
·         Pero no todo era prosperidad en la ciudad de Buenos Aires. Los festejos del Centenario se desarrollaron bajo estado de sitio, declarado a raíz de la huelga general sucedida el año anterior luego de la sangrienta represión en Plaza Lorea a una manifestación anarquista, que dejó 8 muertos y más de 100 heridos, y que luego se daría a conocer como la “Semana Roja”. En enero de 1919 fueron asesinados 700 obreros y hubo cerca de 4000 heridos luego de un conflicto desatado a raíz de una huelga en los talleres metalúrgicos Pedro Vasena e Hijos, hecho que sería recordado como la “Semana Trágica”.
·         Desde 1895 a 1914, a raíz de la llegada de las grandes corrientes inmigratorias, la ciudad creció con una de las tasas anuales más grandes del mundo y en 1914 era la duodécima ciudad más grande del mundo con 1.575.000 habitantes, y también creció cultural y comercialmente.
·         Esta inmigración provocó cambios en la fisonomía de la ciudad. Era frecuente la construcción de conventillos, viviendas precarias que eran alquiladas a los recién llegados, quienes debían convivir en una situación de hacinamiento y falta de higiene. También comenzaron a formarse las primeras villas de emergencia, que si bien se desarrollaron a partir de la década de 1930, existían desde fines del siglo XIX.
·         Durante finales del siglo XIX y principios del siglo XX existió un gran desarrollo del sistema tranviario. La primera línea de tranvía fue inaugurada el 14 de julio de 1863. Para la década de 1920 la red contaba con 875 km de líneas, 3.000 vehículos y 12.000 empleados. El sistema continuó funcionando hasta el 19 de febrero de 1963,73 luego de lo cual la ciudad se queda sin tranvías hasta que se inaugura el PreMetro el 27 de agosto de 1987, salvo por un servicio histórico que funciona en el barrio de Caballito los feriados y fines de semana desde 1980 —el "Tramway Histórico de Buenos Aires"— proporcionado por la Asociación Amigos del Tranvía.
·         En 1936 se construyó el Obelisco y el año siguiente se inauguró el primer tramo de la Avenida 9 de Julio, cuya extensión sería ampliada varias veces en las décadas siguientes.
·         En 1941, tras 4 años de obras, se inauguró la Avenida General Paz. Desde ese entonces, le sirve de límite con la Provincia de Buenos Aires, si bien dichos límites habían sido fijados por ley en 1887.
·         Durante los gobiernos de la Revolución del 43 y los mandatos de Juan Domingo Perón, a raíz de un fuerte proceso de migración interna, la ciudad aumentó su población tanto dentro de sus límites administrativos como en los partidos de la provincia de Buenos Aires lindantes con la misma, lo cual llevó a la conformación de la megaciudad conocida como Gran Buenos Aires.
·         En 1955 la ciudad sufrió el bombardeo de la Plaza de Mayo por un grupo de militares y civiles opuestos al gobierno del presidente Juan Domingo Perón con la intención de derrocarlo. En el hecho murieron 308 personas y hubo más de 700 heridos.
·         Hacia 1976 (plena dictadura militar), con vistas a un parque automotor en constante expansión, fue ideado el Plan de autopistas urbanas, firmemente ejecutado por el intendente Cacciatore, que contemplaba una red de autopistas con peaje. La construcción comenzó en 1978, y las autopistas 25 de Mayo y Perito Moreno fueron finalmente inauguradas el 6 de diciembre de 1980. Una importante cantidad de terrenos fueron expropiados, en muchos casos de manera forzada, y con profundo malestar y rechazo de gran parte de los vecinos afectados. Muchos de ellos fueron trasladados a barrios construidos por proyectos estatales de vivienda. Otras obras fueron comenzadas y luego abandonadas, y dichos terrenos fueron ocupados ilegalmente.
·         El 17 de marzo de 1992 a las 14:45 horas, un coche bomba explotaba contra el edificio de la Embajada de Israel causando 29 muertes, pero no sería el único, ya que el hecho se repetiría el 18 de julio de 1994 a las 9:53, esta vez contra la sede de la AMIA, causando 85 muertos y más de 300 heridos.

·         Tras la Reforma de la Constitución Argentina de 1994 la ciudad pudo contar con su propia Constitución y con un gobierno autónomo de elección directa. En las primeras elecciones del Poder Ejecutivo, efectuadas en 1996, resultó ganadora la fórmula radical, convirtiendo a Fernando de la Rúa en el primer Jefe de Gobierno. De la Rúa renunciaría a su cargo en 1999 para asumir la Presidencia de la Nación, siendo su mandato completado por el vicejefe Enrique Olivera.
·         Durante los años siguientes la Ciudad continuó con su desarrollo cultural y de su infraestructura. Comenzaron nuevas obras de ampliación de la línea de subterráneos; a la vez que fueron inaugurados y refaccionados diferentes museos, teatros y centros culturales.
·         En diciembre de 2001 la Ciudad fue testigo de algunos de los cacerolazos y marchas que pedían la renuncia del Ministro de Economía, Domingo Cavallo, y del Presidente de la Nación, Fernando de la Rúa. La represión policial ordenada por el Gobierno Nacional causó varios muertos tanto en las cercanías de la Casa Rosada como en las del Palacio del Congreso. El conflicto finalizó con la renuncia del Presidente, y dio lugar a una de las peores crisis institucionales que sufrió la República Argentina.

·         En 2003 fue promulgada la Unión Civil, tanto para las parejas homosexuales como para las heterosexuales, convirtiéndose en la primera ciudad en América Latina en oficializar dichas uniones.

·         En el 2004 la Ciudad sufrió una de sus mayores tragedias cuando el 30 de diciembre se produjo un incendio en el local República Cromañón, que causó 193 muertos y 1432 heridos. Este hecho produjo además una investigación para determinar la responsabilidad política del Jefe de Gobierno Aníbal Ibarra; tras la cual, la Legislatura decidió suspenderlo y luego destituirlo, siendo reemplazado definitivamente por el Vicejefe de Gobierno Jorge Telerman el 7 de marzo de 2006.

·         El 10 de diciembre de 2007 Mauricio Macri asumió el cargo de Jefe de Gobierno, luego de vencer la fórmula compuesta por él y Gabriela Michetti, en la segunda vuelta de las elecciones realizadas en junio del mismo año, al binomio Daniel Filmus-Carlos Heller con el 60,96% de los votos. Dicha fórmula había triunfado también en la vuelta previa al obtener el 45,62%, con una diferencia de más del 20% respecto de sus principales competidores.

·         En 2010 en la ciudad se realizaron los actos centrales del Bicentenario de Argentina, durante los cuales también se celebró la reinauguración del Teatro Colón, luego de los trabajos de restauración hechos a raíz de su deterioro.

Traslado de la Capital
·         En 1868 el Presidente Bartolomé Mitre vetó la Ley 252, que pretendía mudar la capital a la ciudad de Rosario. Domingo Sarmiento también vetó dos leyes que pretendían mudarla al mismo destino: la Ley 294 en 1869 y la 620 en 1873. También vetó en 1870 la ley 462, que pretendía trasladarla a Villa María.
·         El 3 de mayo de 1972, durante la presidencia de facto del general Alejandro Agustín Lanusse se dictó el decreto-ley 19.610, el cual declara la necesidad de trasladar la Capital de la Nación fuera de la Ciudad de Buenos Aires.
·         El 27 de mayo de 1987, durante la presidencia del Dr. Raúl Alfonsín el Congreso de la Nación sancionó la ley 23.512 en la que se declara como la nueva Capital Federal a los núcleos urbanos erigidos y por erigirse en un futuro en el área de las ciudades de Viedma, Carmen de Patagones y Guardia Mitre (Distrito Federal de Viedma - Carmen de Patagones), junto con un amplio territorio de campos en la zona del Valle Inferior del río Negro, cedido por las Legislaturas de las provincias de Buenos Aires y Río Negro. Este proyecto, el cual es conocido como Proyecto Patagonia, tenía como objetivo no solo descentralizar la Ciudad de Buenos Aires, sino también poblar y desarrollar la región patagónica. Para cumplir con el proyecto, el 21 de julio de 1987, a través del decreto 1156, se creó el Ente para la Construcción de la Nueva Capital - Empresa del Estado (ENTECAP). Cuando Carlos Saúl Menem asumió la presidencia, en 1989, decidió disolver el ENTECAP.
·         Con el proyecto de traslado de la capital se abrió un debate sobre la eventualidad de que la Ciudad de Buenos Aires retornara a la jurisdicción de la Provincia de Buenos Aires, lo que se resolvió con el artículo 6º de la ley 23.512, el cual establece la provincialización de la ciudad una vez que las autoridades federales estuvieran radicadas en su nueva sede y que se debería convocar a una Convención Constituyente para organizar sus instituciones. Esta ley aún está vigente ya que nunca fue derogada por el Congreso.

Circuito Histórico
Casco histórico
Plaza 25 de Mayo
Es la plaza más vieja de Buenos Aires. Su ubicación fue determinada en la segunda fundación de la ciudad, en 1580. Está rodeada por edificios históricos y gubernamentales: el Cabildo, la Catedral, la Casa Rosada (sede del gobierno nacional), el Palacio de Gobierno porteño, bancos y ministerios. El 11 de junio de 1580, el español Juan de Garay realizó la ceremonia de fundación de la Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre en las tierras que hoy ocupa la Plaza de Mayo. La aldea se levantó a su alrededor. Hasta mediados del siglo XVII su superficie era la mitad de la actual; en 1884 se demolió una recova que la dividía en dos y recibió su denominación moderna. El nombre es un homenaje a la revolución del 25 mayo de 1810, cuando los vecinos porteños se reunieron en la plaza para expulsar al virrey y nombrar el primer gobierno de criollos. Seis años más tarde, en la plaza se juró la independencia nacional y en 1860 la Constitución. Desde mediados del siglo XX es escenario de grandes manifestaciones sociales y, a partir de 1977, el lugar de reunión de las Madres de Plaza de Mayo, que reclaman la aparición de sus hijos secuestrados por la dictadura militar. En el centro de la plaza está la Pirámide de Mayo, un monumento que tiene forma de obelisco y fue construido en 1811 para celebrar el primer aniversario de la revolución. En 1856 fue completamente reformada por el artista y arquitecto Prilidiano Pueyrredón. Tiene una altura de 19 metros.

Monumento al General  Manuel Belgrano
Este monumento ecuestre, inaugurado en 1873, es obra conjunta del francés Albert Ernest Carrier-Belleuse (maestro, y luego rival, de Auguste Rodin), y el argentino Manuel de Santa Coloma, quien realizó la figura del caballo. El general Manuel Belgrano (1770-1820), que nació y murió en el barrio porteño de Monserrat, fue abogado, militar y uno de los políticos más destacados en el proceso de la Independencia nacional. Influenciado por el ideario liberal de la Revolución Francesa, elaboró un proyecto económico para la Argentina que ponía el acento en la producción agraria y contemplaba el crecimiento manufacturero. En 1810 Belgrano integró la Primera Junta (el Gobierno criollo formado como consecuencia de la Revolución de Mayo). Dos años después, en 1812, creó la Bandera nacional a orillas del río Paraná, en la ciudad de Rosario.

Casa Rosada

La casa rosada obra del arquitecto italiano Francisco Tamburini, es una obra eclíptica que combina elementos de distintos orígenes estéticos, entre ellos el predominio italianizante. Está situada en la Plaza de Mayo y es Monumento Histórico.
Hoy sede del poder ejecutivo de la republica argentina, y residencia del presidente. Este monumento al principio estaba dividido en dos: de un lado estaba la casa de gobierno y del otro el correo. En 1894 Tamburini se propuso unir la entrada principal de la casa rosada que daba a la Plaza de Mayo con un gran arco central. Su color rosa, muy utilizado en Argentina en el siglo XIX, se debe según la leyenda, representa la unión de los colores rojo (Federales) y blanco los (Unitarios).

Catedral  Metropolitana
La primera Catedral de Buenos Aires se erigió en 1622 en este mismo lugar. La construcción definitiva comenzó en 1752 bajo la dirección del arquitecto italiano Antonio Masella. En 1822, los franceses Próspero Catelin y Pedro Benoit diseñaron la fachada de estilo neoclásico, cuyas columnas simbolizan a los doce apóstoles. Luego, en 1860 el escultor francés Joseph Dubourdieu realizó el bajorrelieve del frontispicio, que representa el encuentro de Jacob con su hijo José en Egipto. Finalmente, en 1877 el arquitecto Enrique Alberg reformó una nave lateral para dar lugar al mausoleo del general José de San Martín, obra del escultor Albert Ernest Carrier- Belleuse. En 1942, la Catedral Metropolitana fue declarada Monumento Histórico Nacional.

Cabildo
El Cabildo porteño, sede de la Administración colonial, ocupa el mismo lugar desde 1580, pero su edificio sufrió sucesivas modificaciones. La construcción actual fue diseñada por los arquitectos jesuitas Andrea Bianchi y Juan Prímoli en 1740. En 1894 se suprimieron tres arcos del ala norte para dar paso a la Avenida de Mayo. En 1931 se demolieron tres más del ala sur para el trazado de la avenida Julio A. Roca. Hacia 1940, el arquitecto Mario Buschiazzo realizó la última reforma importante del edificio, que rescató, en parte, el diseño original de Bianchi y Prímoli. Desde 1938 el Cabildo alberga la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos, y el Museo Histórico Nacional del Cabildo de Buenos Aires y de la Revolución de Mayo.

Palacio Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
Este edificio, asiento del Poder Ejecutivo del Gobierno porteño, se construyó entre 1891 y 1902 conforme al proyecto de Juan Buschiazzo y la dirección de Juan María Cagnoni, dos arquitectos italianos. El primero fue director de Obras Públicas de la Municipalidad porteña y uno de los artífices de las reformas urbanísticas de fines del siglo XIX. El estilo del edificio es academicista francés con presencia de elementos italianizantes.

Casa de la Cultura (Edificio del Diario La Prensa)
Es uno de los edificios del siglo XIX más suntuosos de Buenos Aires. Se inauguró en 1898 y hasta 1992 albergó las oficinas del diario La Prensa. La obra fue encargada por José C. Paz, fundador del prestigioso matutino, a un estudio de arquitectura parisino. El proyecto contemplaba sectores para cada paso del proceso de confección de un periódico, incluyendo la impresión y distribución. El primer ejemplar del diario apareció en 1869. En la primera mitad del siglo XX, llegó a ser el más popular del país. En 1993 el Gobierno porteño instaló en el edificio la Casa de la Cultura, donde se organizan muestras, espectáculos, cursos y talleres. Actualmente es la sede del Ministerio de Cultura de la Ciudad.

Avenida de Mayo
Desde 1894 es el símbolo de la historia moderna de la Argentina; fue escenario de múltiples festejos y protestas; es la calle de los tradicionales cafés y teatros; fue inaugurada en 1894
Su diseño se basó en los tradicionales bulevares parisinos, aunque la inmigración española fue dejando su impronta con tanta fuerza que finalmente la caracterización hispánica ganó protagonismo en la estética de esta vía, la columna vertebral del centro histórico porteño.
Por sus diez cuadras, que van desde la Plaza de Congreso hasta la histórica Plaza de Mayo, desfilaron numerosas movilizaciones, tanto de protesta como de celebración, convirtiéndola en el escenario de la historia moderna de la Argentina. En toda su traza se fueron emplazando tradicionales cafés y edificios que sobreviven al día de hoy, como el Café Tortoni, los hoteles Astoria y Castelar, el Teatro Avenida y hasta el mismo Cabildo, eje de los primeros pasos de la República. Se convirtió en el grandioso escenario de la vida pública de principios del siglo XX y los frentes de sus sofisticados edificios de estilo art nouveau, neoclásico y ecléctico constituyeron el magnífico marco de recepción de los ilustres visitantes extranjeros. Es tal vez el mejor ejemplo urbano de la prosperidad de la Argentina de principios del siglo XX: debajo de ella circula el primer subterráneo (metro) que hubo en el Hemisferio Sur.
Además, es cortada a la mitad por la Avenida 9 de Julio, otra arteria tradicional de la ciudad en la cual se encuentra emplazado el Obelisco, monumento construido con motivo del cuarto centenario de la primera fundación de Buenos Aires.
El decreto del Poder Ejecutivo Nacional nº 437 del año 1997 declaró la Avenida de Mayo como Lugar Histórico Nacional, lo cual implica que no se pueden alterar las fachadas de los edificios ni poner determinadas publicidades y marquesinas.

Congreso de la Nación
Av. Entre Ríos y Rivadavia, calles Hipólito Yrigoyen y Combate de los Pozos - Ciudad de Buenos Aires.
En este monumental edificio tiene asiento el Poder Legislativo Nacional, cuya construcción se estableció por ley votada en la antigua sede del Congreso, en 1883.
En 1889 el Presidente Miguel Juárez Celman, a instancias del Intendente Alvear, propuso su actual emplazamiento.
En 1895 se realizó un concurso de proyectos para la construcción del palacio, del que fue ganador el arquitecto italiano Víctor Meano.
En 1898 comenzaron las obras; debido a la muerte de Meano, las concluyó Julio Dormal, quien también realizó la ornamentación final y la decoración interior.
El edificio fue inaugurado en 1906, pero recién en 1946 quedó definitivamente concluido.
Diseñado al estilo del Alto Academicismo Italiano de fines del siglo XIX, el edificio está íntegramente revestido en piedra caliza gris, con basamento de granito. Utiliza todos los recursos de la decoración clasicista, dispuestos en una densidad poco común.
La fachada remata en una cuádriga escultórica, obra del veneciano Víctor de Pol. El amplio frente presenta un pórtico central corintio, elevado sobre una escalinata con dos rampas simétricas para vehículos. A continuación, sobre el eje este-oeste de la composición, se disponen el Vestíbulo; el Salón Azul, revestido de mármol; el Salón de los Pasos Perdidos; el Salón de Honor, recubierto en brocato azul, con mobiliario de "manufactura real francesa", que donó el Reino de España en 1910, y el Salón Comedor, ambos de la Presidencia de la Cámara de Senadores; la Galería de los Bastones, y, finalmente, la Cámara de Diputados, cuyo hemiciclo se percibe en la fachada posterior del edificio.
Sobre el eje transversal norte-sur, a la izquierda del Salón Azul, se abren el Salón Eva Perón -ex Salón Rosa- y el Recinto de los Senadores, hemiciclo más reducido que el de Diputados, cubierto por un valioso vitral con el escudo argentino.
La línea que predomina en todos los ambientes es una conjunción de estilos finiseculares.
El edificio guarda en sus dependencias un riquísimo patrimonio escultórico y pictórico de maestros como Berni, Quinquela Martín y Blanes, y de escultores como Zonza Briano.

Ex Procuraduría Jesuita - 1730/1780 Calle Perú Nº 222
Ocupa el sector norte de lo que hoy se conoce como "Manzana de las Luces".
El conjunto, cuyos planos se atribuyen al arquitecto jesuita Juan Bautista Prímoli, fue construido entre 1730 y 1780. Era la sede del Procurador Provincial de los jesuitas, encargado de administrar el comercio de las Misiones del Guayrá.
Se alojaban también aborígenes de las Reducciones, que desempeñaban diversas tareas.
Además de oficinas y depósitos para los productos en tránsito desde y hacia las Misiones, el conjunto tenía una escuela y una botica organizada por el médico irlandés Tomás Falkner, S.J.
Expulsados los jesuitas, el conjunto fue ocupado por la Junta de Temporalidades (1767); el Tribunal del Protomedicato, que controlaba la práctica de la medicina (1780); la Imprenta de los Niños Expósitos (1783); la Universidad de Buenos Aires (1821), el Departamento de Ciencias Exactas, origen de las Facultades de Ciencias Exactas, Arquitectura e Ingeniería (1865), y la Academia de Jurisprudencia.
El conjunto está definido por un gran patio central, limitado en uno de sus lados por el muro testero del vecino templo de San Ignacio, y bordeado por galerías con arcos de medio punto, sobre pilares de mampostería. Estas, así como las dependencias, se caracterizan por sus techos de bóvedas de ladrillos, de cañón corrido y de crucería. Ya en el siglo XIX y funcionando en el edificio la Universidad de Buenos Aires, el arquitecto Carlos E. Pellegrini rediseñó la fachada, en estilo neoclásico; estaba planteada con un eje de simetría y poseía un excepcional equilibrio, perdido cuando parte del frente del edificio fue cercenado para la apertura de la Diagonal Sur.
Desde aquí se accede a la antigua red de túneles subterráneos construidos durante la época colonial, cuya función original no ha podido establecerse con certeza.
Iglesia de San Ignacio (1722) Calle Bolívar Nº 225, esquina Alsina
En 1686, con el producido de los primeros hornos de ladrillos de Buenos Aires, comenzaron a levantarse la torre sur y los muros del frente de la iglesia, que ya existía, construida sobre muros de adobe.
Desde 1712, según planos del jesuita Juan Krauss, comenzó a edificarse la iglesia actual, que conserva aquella torre sur y muro frontal originales: junto con un tramo de galería subterránea del desaparecido Fuerte, son los elementos arquitectónicos más antiguos de la ciudad.
La construcción fue dirigida por el propio Krauss y por los Coadjutores jesuitas Andrés Blanqui y Juan Bautista Prímoli (arquitectos), Juan Wolff (maestro de carpintería), y Pedro Weger (maestro de herrería).
La iglesia se inauguró en 1722 y se consagró, ya terminada, en 1734. Es la más antigua que se conserva en Buenos Aires, para cuya defensa fue bastión durante las Invasiones Inglesas.
La iglesia, que responde a la tipología originada en Il Gesú de Roma (Arq. Vignola, siglo XVI), tiene planta en cruz latina, con una nave principal, dos laterales -cada una constituida por cinco capillas- y ábside rectangular. Características singulares de San Ignacio, que comparte únicamente con la Catedral de Montevideo, son la cúpula sobre tambor cuadrangular, en el crucero, y la doble altura de las naves laterales.
La fachada, cuya autoría se discute, muestra influencia del barroco bávaro. El Ingeniero Felipe Senillosa la completó, a mediados del siglo XIX, agregándole la torre norte, similar a la sur, ambas rematadas por cupulines revestidos en azulejos Pas de Calais.
El altar mayor, original del siglo XVII, fue tallado en madera y dorado por Isidro Lorea.
En esta iglesia, que integra la Manzana de las Luces, tuvo lugar en 1821, el acto de inauguración de la Universidad de Buenos Aires.

Basílica de San Francisco (1754) Calles Alsina y Defensa
La Orden de los Frailes Menores (Franciscanos) fue la primera en establecerse en Buenos Aires: en 1583, Juan de Garay le otorgó la manzana donde está ubicada la actual Basílica.
La primera iglesia se edificó a principios del siglo XVII, pero la actual comenzó a construirse hacia 1731, sobre un proyecto del Arq. jesuita Andrés Blanqui, secundado por el sevillano Fray Vicente Muñoz. Se inauguró el 25 de marzo de 1754.
En 1807 se derrumbó la fachada, reconstruida unos años más tarde por Tomás Toribio.
En el atrio del convento adyacente, el 1º de diciembre de 1829, fue depuesto el Gobernador de Buenos Aires, don Manuel Dorrego. El pueblo fue llamado a reunirse en el atrio de la Capilla de San Roque y de la Iglesia de San Francisco por el General Juan Lavalle, donde se realizó la llamada "elección del sombrero", que lo nombró gobernador.
La Basílica adquirió su imagen actual hacia 1911, por obra del Arq. alemán Ernesto Sackman, que, inspirado en el barroco bávaro, alteró su severidad neoclásica.
Las fachadas, sobre toda la principal, son muy elaboradas, destacándose las torres, las rejas del atrio y de la portada, y la cúpula. La iglesia es de nave única, muy alargada, con capillas laterales poco profundas y presbiterio con testero recto.
La cúpula se eleva sobre un alto tambor octogonal. El altar derecho del crucero es el único original; los de las capillas laterales son de 1911. Fue una de las iglesias más afectadas en los incendios de junio de 1955, cuando se destruyó totalmente el altar mayor.
La restauración posterior simplificó cromáticamente el interior, y en lugar del retablo destruido, se colocó el tapiz diseñado Horacio Butler, "La glorificación de San Francisco".
Capilla de San Roque  (Fines S. XVIII) Calles Alsina y Defensa
Comparte el atrio con la Basílica de San Francisco, conformando, junto a la vecina plazoleta de San Francisco, un particular recorte en la densidad del espacio urbano de Buenos Aires.
La capilla original, construida a principios del siglo XVII, siguió funcionando como tal hasta 1751. El edificio actual, obra de Antonio Masella, tiene nave única y alargada, cubierta por una bóveda de cañón corrido y por una cúpula semiesférica sobre pechinas, sin tambor.
La bóveda está modulada por lunetos que se corresponden con las ventanas laterales. El frente y la fachada lateral, sobre la calle, fueron remodelados en 1911. El interior fue totalmente destruido por los incendios de 1955, y su restauración se realizó en 1963 / 64, restituyéndosele su carácter original.

Basílica de Nuestra Señora del Rosario y Convento de Santo Domingo (Fines S. XVIII) Avenida Belgrano y Defensa
La Orden de los Dominicos Predicadores se asentó a comienzos del siglo XVIII en la manzana que hoy ocupan la iglesia y el convento. El templo actual, que reemplaza a las primitivas construcciones, comenzó a levantarse en 1751, según planos del arquitecto Francisco Masella.
En 1762, el alarife Francisco Alvarez se hizo cargo de las obras. A partir de 1774, intervino el Arq. Manuel Alvarez de Rocha. La iglesia fue consagrada en 1783, cuando aún faltaban trabajos de terminación en el techo y la torre izquierda. Secularizada la Orden bajo la Ley de Reforma Eclesiástica que impulsó el gobierno de Bernardino Rivadavia, se instaló en una celda del convento la primera sede del Museo de Historia Natural y, en la torre, un observatorio astronómico.
En el siglo XX la iglesia fue elevada al rango de Basílica, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario. La puerta de acceso al convento -de la que Mario J. Buschiazzo hizo réplicas para la restauración del Cabildo- se destaca entre los mejores testimonios de la ciudad colonial. La iglesia tiene tres naves, la central con bóveda de cañón corrido y cúpula sobre el crucero. En las capillas laterales se conservan retablos de los siglos XVIII y XIX .
Las fachadas fueron poco modificadas a lo largo de su historia: en 1849 se levantó la torre derecha y, a fines del siglo XIX, el sencillo coronamiento curvo fue reemplazado por un frontón recto y liso. Tres arcos con rejas dan acceso al nartex; otras dos puertas, bajo las torres, se corresponden con las naves laterales. El interior mantiene el carácter simple de las iglesias del período colonial, sólo alterado, en parte, por el agregado de revestimientos de mármol esculpido en la nave principal.
Allí se conservan banderas tomadas a los ingleses durante la Segunda Invasión, cuando éstos ocuparon la iglesia, que fue desalojada tras duros combates (aún se ven marcas de las balas en la torre izquierda). El altar mayor fue destruido en junio de 1955, y lo reemplaza otro, de diseño contemporáneo. En el atrio se encuentra el mausoleo del General Belgrano, realizado en 1897 por el escultor Héctor Ximenes.

 Iglesia San Juan Bautista (Alsina 824)
La primitiva iglesia fue construida en 1719, gracias a la donación del Maestro de Campo de Milicias Don Juan de San Martín. Fue totalmente reedificada a partir de 1769, y terminada en 1797. Inicialmente funcionó como Iglesia para Curato de Indios, pero luego pasó a ser parte del Convento de las Monjas Capuchinas, llegadas a Buenos Aires en 1747. La iglesia alberga el sepulcro de Don Pedro Melo de Portugal y Villena, quinto Virrey del Río de la Plata. En el patio de la casa parroquial, llamado de la Reconquista, están enterrados los combatientes de las Invasiones de 1806 y 1807, tanto patriotas como ingleses.

 Iglesia Nuestra Señora de Montserrat (Av. Belgrano)
En 1755 fue creada la Hermandad de Nuestra Señora de Monserrat, cuyo culto se instaló en el Río de la Plata por influencia catalana. Construida con ladrillos de adobe blanqueados a la cal, y con un cementerio anexo, la iglesia fue erigida parroquia en 1769. A mediados del siglo XIX, debido al deterioro y el tamaño insuficiente para los numerosos fieles, se construyó una nueva iglesia. El edificio, de líneas italianizantes, tiene en la fachada un pórtico de cuatro columnas jónicas, flanqueado por dos torres de tres cuerpos que rematan en sendos chapiteles revestidos con azulejos Pas-de-Calais. El interior fue ornamentado a fines del siglo pasado, con pinturas sobre temas religiosos y motivos decorativos, algunos de los cuales se conservan en la actualidad.

Santa Casa de Ejercicios Espirituales (Independencia 1190)
La casa, fundada en 1795, es la única construcción de la etapa colonial de Buenos Aires que se ha mantenido en pie sin ninguna transformación desde su fundación en el siglo XVIII. Posee 10 patios coloniales y por sus claustros han pasado 200 años de historia nacional, desde los virreyes hasta Belgrano, Rivadavia, Mariquita Sanchez de Thompson, etc.


Circuito Recoleta
El Cementerio de la Recoleta es un famoso cementerio ubicado en el distinguido barrio de la Recoleta de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina en donde se encuentran sepultadas el mayor número de personalidades del país.
En 1820, durante el gobierno de Martín Rodríguez y su ministro, Bernardino Rivadavia, fueron expropiados los terrenos ocupados por el huerto de la Congregación Franciscana, siendo destinados a la construcción del Cementerio del Norte (el primer cementerio público en la ciudad de Buenos Aires).
El Ingº Próspero Catelín se ocupó del proyecto del Cementerio del Norte, que en principio era solo para católicos, siendo inaugurado en el año 1822.
Los primeros en recibir sepultura fueron una joven uruguaya llamada Dolores Maciel y un joven, párvulo liberto llamado Juan Benito.
En 1863 el presidente Mitre firmó un decreto que permitía que fuesen enterrados los practicantes de otras religiones.
Con el tiempo, el cementerio del Norte llegó a un estado de abandono hasta que en 1880, el primer Intendente de la ciudad de Buenos Aires, Torcuato de Alvear, encomienda al Arq. Buschiazzo, su remodelación.
Se pavimentaron sus calles, se rodeó con un muro de ladrillos y se embelleció con un pórtico de entrada con doble hilera de columnas de fuste acanalado de orden dórico.
En el friso se destacan 13 alegorías, símbolos de la vida y de la muerte.
El Cementerio del Norte ocupa actualmente cinco manzanas y media y cuenta con alrededor de 4870 sepulcros a perpetuidad. Más de 70 bóvedas fueron declaradas Monumento Histórico Nacional y el Cementerio en sí es considerado Museo Histórico Nacional desde el año 1946, por los personajes ilustres que aquí descansan, por la calidad arquitectónica y por sus magníficas esculturas.
Es uno de los más importantes del mundo junto con el de Staglieno* en Génova y el Père Lachaise* de París.


Casas de los próceres

Casa de Bartolome  Mitre. XVIII (Calle San Martín N° 336 - Ciudad de Buenos Aires)
Es una de las casas más antiguas de Buenos Aires. Bartolomé Mitre la alquiló en 1860, hasta que le fuera regalada por el pueblo porteño en 1868, al término de su presidencia.
Cuando pasó a ser de su propiedad, sólo contaba con el piso bajo. Luego se levantaron, en un piso alto, el dormitorio, el baño y el escritorio privado de Mitre, que instaló en su casa un archivo, mapoteca y biblioteca, con más de 40.000 volúmenes, exclusivamente dedicada a la historia y geografía americanas.
Se destacan los documentos del General San Martín y el archivo del General Belgrano, así como papeles relativos a las Invasiones Inglesas.
De la casa del siglo XVIII se conservan elementos originales en los muros, carpinterías, herrajes y rejas de la fachada.
La vivienda, tal y como la habitara Mitre, estaba estructurada en torno a tres patios bordeados por galerías a las cuales abrían las distintas habitaciones. Conserva gran parte de las características que tuviera al fallecimiento del prócer, destacándose sus importantes bibliotecas, las trabajadas escaleras y los artesonados de los cielorrasos.
El último patio y sus dependencias fueron demolidos parcialmente en la década del '30, para la construcción de la actual sala de conferencias.
Funciona aquí el Museo Mitre.

Casa de Domingo F. Sarmiento (Calle Sarmiento Nº 1251 - Ciudad de Buenos Aires)
Finalizada su presidencia, Domingo Faustino Sarmiento compró esta casa en 1875, para vivir allí con su familia. Fue su única propiedad formal, y en ella escribió durante su vejez muchos artículos y ensayos.
Para evitar una amenaza de demolición, el Estado compró la casa en 1947, y la declaró Monumento Histórico Nacional un año más tarde.
En 1957, fue otorgada como sede al Consejo Nacional del Menor, que la ocupó durante diez años. Luego pasó a la Secretaría de Estado de Promoción y Asistencia a la Comunidad.
En 1980, el Ministerio de Bienestar Social transfirió el dominio del inmueble al gobierno de San Juan, que desde 1984 la utiliza como Casa de la Provincia de San Juan en Buenos Aires.
Es un edificio construido entre medianeras y sobre la línea municipal, en el porteño barrio de San Nicolás.
La fachada, remite a elementos de ornamentación italianizante. La casa está dispuesta en torno a tres patios. El primero es el principal y el más pequeño. Al segundo patio, con jardín, aljibe y pajarera, abre una galería de delgadas columnas de hierro a la cual dan las habitaciones. En el último patio, donde se ubicaba el área de servicios, existen plantaciones de parras y un retoño de la higuera de la casa natal de Sarmiento.
En la planta superior, que se eleva entre el segundo y tercer patio, estaba el taller de la nieta de Sarmiento. Una escalera caracol lleva a un mirador de hierro, coronado por una veleta.

Casa de Rivadavia (Defensa 350)
En 1780 nació en esta casa Bernardino Rivadavia (primer presidente argentino en 1826). Es de estilo colonial y fachada simple; sobre las ventanas se conserva el guardapolvo y la cornisa superior.

Casa de Liniers (Venezuela 469)
De la construcción original sólo se conservan la fachada y unas pocas paredes. Su primer propietario fue Martín Simón de Sarratea, suegro de Santiago de Liniers y penúltimo Virrey del Río de la Plata. Aquí se trataron los términos de la capitulación del general inglés Beresford luego de una de las fallidas invasiones inglesas.
Hoy es propiedad de la Editorial Estrada que debe conservarla, como dictan las normas de conservación del Patrimonio Nacional. Esta casa con toda su simpleza, constituye un testimonio claro de aquellos tiempos de pobreza en la ciudad colonial: austera, chata, con sus ventanas sin alinear, era la vivienda del héroe de las Invasiones inglesas, tal vez el hombre más importante de la ciudad de esos momentos. Es el mejor referente de una típica construcción colonial en Buenos Aires de los años 1810, y de las más lujosas que existían por aquel entonces. Posee una gran importancia arquitectónica porque es uno de los pocos registros que quedan de la arquitectura colonial civil, ya que solo se mantiene la religiosa en pie con sus signos originales. Por eso esta casa de Liniers se transforma en un edificio de gran valor, al constituirse en uno de esos pocos registros coloniales auténticos.

Casa de María Josefa Ezcurra. (Alsina 453)
María Josefa Ezcurra era la cuñada de Juan Manuel de Rosas, Gobernador de Buenos Aires de 1829 a 1832 y de 1835 a 1852. En esa época, esta casa acogió numerosas e importantes reuniones. La vivienda fue construida alrededor de 1830 y su dueña residió allí hasta su muerte, en 1856.
En 1971 pasó a ser propiedad del Museo de la Ciudad.

Casa de José Hernández (México 524)
Típica casa del siglo XIX que perteneció al autor del Martín Fierro. Actualmente aloja a la Sociedad Argentina de Escritores.

Próceres

Bernardino Rivadavia (1780-1845)
Nació en Buenos Aires en 1780. Fue el primer presidente de la República Argentina. Inició sus estudios en el Colegio de San Carlos en 1798 donde cursó Gramática, Filosofía y Teología, pero no se graduó en ninguna de estas materias, abandonando los estudios en 1803.
A los 29 años se casó con una joven muy distinguida de la sociedad porteña: Juana del Pino y Balbastro, hija del octavo virrey del Río de la Plata, Joaquín del Pino. Tuvo cuatro hijos.
En 1810 apoyo la independencia y un año más tarde en el Primer Triunvirato fue designado Secretario de Guerra, iniciándose así en la vida pública. En 1814 viajó en misión diplomática a Europa buscando un “sangre azul” para el gobierno, pero fracaso.
La ley de Presidencia, sancionada por el Congreso General de 1826, creaba un Poder Ejecutivo Nacional permanente, con el título de Presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, cargo que le fue dado a Rivadavia. Renunciando en 1827, se exilió en Europa, regresando a Buenos Aires en 1834 pero fue sentenciado a un exilio inmediato, fue primero a Brasil y luego a España falleciendo en la ciudad de Cádiz en 1845.
Sus restos fueron repatriados en 1857 y desde 1932 descansan en el mausoleo levantado en su honor en Plaza Miserere.

Juan Manuel de Rosas (1793- 1877)
Nació en Buenos Aires, militar y político argentino. Se incorporó muy joven al ejército que hizo frente a la segunda invasión británica de Argentina, pero no intervino en las luchas por la independencia. Retirado al campo, se convirtió en un gran propietario ganadero de la Pampa, organizando en su estancia un ejército personal para combatir a los indios.
En 1828, al ser derrocado y ejecutado por los unitarios el gobernador de Buenos Aires, Dorrego, Rosas encabezó un levantamiento popular que triunfó en Buenos Aires y en el resto del litoral, mientras que las provincias del interior permanecían en el campo unitario. Tras ser capturado el general unitario Paz, el interior fue reconquistado y Argentina volvió a la unidad bajo la égida de Rosas, López y Quiroga. Gobernador de Buenos Aires (1829-1832), renunció por no concedérsele poderes absolutos, dejando el puesto a un hombre de su confianza, Balcarce, aunque Rosas siguió dominando la situación como comandante en jefe del ejército.
Nuevamente gobernador de Buenos Aires en 1835, con plenos poderes, tuvo que hacer frente al malestar provocado por el bloqueo de la armada francesa (1837) y al enfrentamiento con la Confederación Perú-boliviana. Con el apoyo francés, Lavalle organizó un ejército de descontentos que avanzó hacia Buenos Aires. Sin embargo, Rosas, tras lograr un tratado con Francia, pudo reconquistar el interior, donde nombró gobernadores adictos.
De este modo, en 1842 alcanzó un poder absoluto sobre el territorio nacional, se autoproclamó «tirano ungido por Dios para salvar a la patria» y disolvió la Cámara de Representantes. Apoyándose en las masas federales (campesinos, gauchos, negros), organizó el Partido Restaurador Apostólico y mantuvo al país en una perenne cruzada contra los unitarios, exterminando a sus enemigos.
Su gobierno dictatorial logró la estabilidad política interna, mantuvo la integridad nacional y favoreció el crecimiento económico. Intervino en los conflictos internos de Uruguay, apoyando a Oribe contra Rivera. Sitió Montevideo, pero los británicos obligaron a la escuadra argentina a levantar el bloqueo. Argentina tuvo que sufrir entonces la intervención de los británicos y los franceses, que bloquearon Buenos Aires (1845) y organizaron una expedición para penetrar por Paraná.
Aunque los intervencionistas no consiguieron derrocar a Rosas, en 1850 Urquiza, gobernador de Entre Ríos, se rebeló con el apoyo de los unitarios y de los Gobiernos de Brasil y de Montevideo, invadió Santa Fe, marchó sobre Buenos Aires y derrotó a las tropas de Rosas en la batalla de Caseros (1852). Rosas, cuya base popular se había visto deteriorada por la política fiscal que cargaba la financiación del déficit sobre las clases más humildes, huyó entonces a Gran Bretaña y en 1857 fue juzgado y condenado a muerte en rebeldía por el Senado y la Cámara de Representantes.


Bartolomé Mitre (1821-1906)
Nació el 26 de junio de 1821 en Buenos Aires. Sus padres no aprobaban su vocación literaria por lo que le enviaron a la estancia de Gervasio Rosas, para que se convirtiera en un hombre de campo. Se granjeó con sus escritos la enemistad del dictador argentino Juan Manuel de Rosas. Tuvo que exiliarse en Chile, Bolivia y Perú. De regreso a Argentina en el año 1852 participa en el derrocamiento de Rosas, liderado por el general Justo José de Urquiza. En 1853 es nombrado ministro de Guerra del gobierno provincial de Buenos Aires, y trata de oponerse al plan de Urquiza que pretendía que la provincia pasara a formar parte de la recién proclamada República Argentina. En 1859, las tropas de Mitre fueron derrotadas por Urquiza en la batalla de Cepeda, por lo que Buenos Aires pasó a formar parte de la federación. Fue gobernador de la provincia de Buenos Aires en 1860 y vence a Urquiza en la batalla de Pavón (1861). Elegido presidente de la República en 1862 para un mandato de seis años. Durante su presidencia, Argentina, aliada con Brasil y Uruguay contra Paraguay, participó en la guerra de la Triple Alianza (1865-1870). En 1868 pierde las elecciones presidenciales ante Domingo Faustino Sarmiento; volvió a presentarse otra vez como candidato en 1891 pero fracasó. Ocupó cargos de ministro y diplomático para el nuevo presidente. Pero el grueso de su actividad vuelve a las letras. El 4 de enero de 1870 lanza el primer número del diario "La Nación". El nuevo periódico se sostiene en el prestigio de Mitre y la ideología liberal. Esa coyuntura convierte a "La Nación" en un medio con gran influencia en la clase dirigente, que más de una vez es adoctrinada por los editoriales de Mitre. Entre sus escritos se encuentran un gran número de poesías, traducciones de autores clásicos (como el poeta italiano Dante Alighieri) y obras históricas, como la Historia de Belgrano y de la independencia argentina (1858-1859) y la Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana (1877-1888).

Hipólito Yrigoyen
Hipólito Yrigoyen fue dos veces presidente del país entre 1916-1922 y 1928-1930,  representando a la U.C.R..
Algunos de sus apodos más conocidos fueron: el “peludo”, por su aversión a mostrarse en público, y el “vidente”, por su supuesta capacidad para interpretar las demandas, necesidades e intereses de sus interlocutores.
A lo largo de su vida mostró gran versatilidad en el desempeño de diversas funciones: comisario de policía en el barrio de Balvanera, presidente del Consejo escolar de la misma ciudad,  profesor de historia, filosofía e instrucción cívica, estudiante de abogacía, diputado, terrateniente, jefe revolucionario y presidente de la República Argentina.
Durante los años que ejerció la docencia, entre 1880 y 1905, donó sus honorarios al Hospital de Niños.
Participó y lideró numerosas revoluciones, que si bien fracasaron en sus objetivos concretos, prepararon el terreno para la implementación de la Ley Sáenz Peña.
Luego del suicidio de su tío, se enfrentó a duelo con el santafecino Lisandro de la Torre, experto esgrimista, al cual derrotó –pese a carecer él mismo de toda experiencia de esgrima-, dejándole numerosas marcas en su cuerpo y rostro.
El 12 de octubre de 1916, asumió por primera vez la presidencia del país. Concluía así el período conservador. Ese día la multitud enfervorizada desenganchó espontáneamente los caballos del carruaje que trasladaba al flamante líder radical desde el Congreso y lo llevó a pulso hasta la Casa Rosada.
Estas elecciones que dieron triunfo a Yrigoyen fueron las primeras que se realizaron a nivel nacional bajo los auspicios de la llamada Ley Sáenz Peña (ley electoral de 1912), que imponía el voto universal, secreto y obligatorio.
En 1928 Yrigoyen fue electo presidente del país por segunda vez por una abrumadora mayoría en una elección conocida como “el plebiscito”. Su período de gobierno quedó inconcluso como consecuencia del golpe de estado producido el 6 de septiembre de 1930, que encabezó el general José Félix Uriburu y dio comienzo a la “década infame”.

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