Superficie: 99.633 Km2
Población: 1.053.466 habitantes - Censo 2010.
Capital Provincial: Resistencia(aprox. 300.000 habitantes)
Principales Ciudades: Presidencia Roque Saenz Peña, Villa Àngela y Barranqueras.
Se divide en 25 departamentos con poderes políticos y administrativos propios.
Limites:
·
Norte:
Formosa
·
Este:
Republica de Paraguay y Corrientes
·
Sur:
Santa Fe y Santiago del Estero
·
Oeste:
Santiago del Estero y Salta.
Su territorio se destaca por ser una llanura de aparente
uniformidad, pero el gran factor de diferenciación es la diversificación
climática. Ella incide en la disponibilidad de agua que alimenta la red
hídrica, en la diversificación de los suelos y en la vegetación, que presenta
un bosque cerrado, un paisaje abierto de parques y sabanas y un horizonte de
esteros y bañados enmarcados por selvas en galería.
El clima, la topografía y el drenaje contribuyen a la
definición de grandes unidades de ambiente que pueden agruparse en fajas de
orientación meridiana: a occidente, el Chaco semiárido; en la faja central de
clima húmedo, la planicie central; al este, el Chaco húmedo ribereño de los
grandes ríos y por último, el valle Paraguay-Paraná.
Economía:
La principal actividad productiva es la algodonera de secano, la explotación
forestal, la ganadería tropical y los derivados de estas actividades, que
conforman procesos industriales centrados en las primeras fases de
transformación de estas materias primas como ser desmotadoras y, en menor
medida, hilados de algodón; aserraderos; extracción de tanino y frigoríficos.
Atractivos Turísticos:
Presidencia Roque Saenz Peña: Es conocida como la "Ciudad
Termal" porque allí se encuentra uno de los complejos termales cuyas aguas
poseen propiedades terapéuticas. La ciudad de Sáenz Peña es la segunda en
importancia dentro de la Provincia y ofrece entre sus principales atractivos el
nutrido Zoológico Regional, ubicado por ruta nacional 95 a 200 mts de la
rotonda con ruta nacional 16 que cuenta con más de 1.400 ejemplares en
exhibición.
Campo del Cielo Gancedo: Este es el sugestivo nombre que designa a la región,
próxima a la localidad de Gancedo, limítrofe con Santiago del Estero allí
pueden observarse los Meteoritos de Campo del Cielo, una extensa zona que
sufrió hace 6000 años la caída de gran cantidad de lluvias de meteoritos que
motivaron mitos ancestrales y múltiples expediciones modernas. El más grande de
ellos bautizado El Chaco, pesa 33,4 toneladas.
Villa Elisa: Muy cerca se halla el Parque Nacional Chaco. Son 15.000
hectáreas cubiertas de una densa masa arbórea en la que predominan especies
como el quebracho, el guayacán, el urunday, el algarrobo, el chañar y el
mistol. Y su fauna con monos, tapires, carpinchos, mulitas, etc.
Villa Río Bermejito: En la costa del Río Bermejito, afluente del Río Bermejo,
se encuentra esta zona residencial que cuenta con balnearios e infraestructura
para el campamentismo y la náutica, invitando a la pesca y el disfrute de sus
playas con arenas doradas y aguas claras.
Parque Provincial Pampa del Indio: Se encuentra ubicado a 20 kms de
Pampa del Indio y a 220 Km. de Resistencia y tiene una superficie de 8633 has.
La vegetación arbórea ocupa la mayor superficie, estando ocupada el resto por
abras, pampas, esteros y bañados. Su flora está compuesta por quebracho
colorado chaqueño, quebracho blanco ,carandá, algarrobo, espina corona,
guayaibi blanco, mistol, timbó, ñangapirí, francisco álvarez, tala, cardo,
bromelasia, camalotes, achiras, helechos y otros. En su fauna encontramos:
chacho moro, chancho gargantillo, zorro, guazuncho, oso hormiguero, tatú
mulita, mono, aguará guazú, comadreja, gato montés, puma, loro hablador, garza,
tordo, cardenal, pájaro carpintero, martineta colorada y copetona, urraca,
perdiz y reptiles como boas, yararás, víboras de la cruz, cascabeles, etc. En
el Parque se pueden encontrar l0 hectáreas de camping, senderos peatonales y
vehiculares interiores, agua potable, luz eléctrica y parrillas. Todos los años
miles de personas participan de la tradicional Cabalgata de la Fé, que une en
una peregrinación a caballo la localidad de Quitilipi con el Parque Provincial
Pampa del Indio, cubriendo un trayecto de 75 kms por la ruta provincial Nº 4.
El Impenetrable: El Impenetrable chaqueño es una extensa región de monte
nativo de más de 4.000.000 de has en el ángulo noroeste de la provincia. En su
flora se pueden distinguir árboles leñosos y abundantes arbustos espinosos, las
grandes cactáceas arborescentes del género Cereus, muy ramificadas y que llegan
a superar los 5 mts de altura y las enredaderas, claveles del aire y varias
especies de orquídeas. La fauna está integrada por varias especies protegidas.
Este lugar es ideal para safaris fotográficos y para tours de observadores de
pájaros.
Las artesanías aborígenes: Ayudan a la subsistencia de las colonias tobas y wichís,
que abundan en la provincia. La cultura chaqueña es una simbiosis de
tradiciones inmigratorias con la fuerte presencia de las comunidades aborígenes
que en forma directa es de aproximadamente 35.000 personas. Existe en la provincia
una política de preservación del núcleo cultural artesanal aborigen desde el
Centro Cultural y Artesanal "Leopoldo Marechal" y la Fundación Chaco
Artesanal dependiente de la Subsecretaria de Cultura de la provincia del Chaco.
Los principales productos artesanales aborígenes según su
procedencia son:
Mocovíes, cuyos principales asentamientos están en Colonia Pastoril (cercana a
Villa Angela), San Bernardo y La Tigra: alfarería de alta calidad. Wichis,
ubicados a orillas del río Teuco - Bermejo, en las comunidades de El Sauzalito,
El Sauzal, Nueva Pompeya, Tres Posos, Wichi y El Colorado: alfarería rústica y
tejedura de fibra vegetal, lana y algodón. Tobas, distribuidos en Resistencia,
Quitilipi, Machagai, Sáenz Peña, General San Martín, Juan J. Castelli, Miraflores
y Pampa del Indio: alfarería, cestería y tejedura.
Fundación de Presidencia Roque Saez Peña: Presidencia Roque Sáenz Peña, la segunda ciudad en importancia del Chaco y el principal centro algodonero en el país, se fundó en el marco de la última campaña efectuada por el Ejército Argentino en el Chaco Austral. En 1911 se creó la Fuerza de Operaciones en el Chaco, cuyo mando le fue confiado al Coronel Enrique Rostagno. Su objetivo era eliminar la "frontera interior" con el aborigen, consolidar la línea de fortines sobre el Bermejo, establecida al finalizar la Campaña Victorica de 1884, y llevar la ocupación efectiva del Chaco Central hasta el límite con el Paraguay en el Río Pilcomayo. También constituía un objetivo de las autoridades, someter a las últimas tribus aborígenes que aún se mantenían hostiles y fundar pueblos estratégica mente ubicados en el interior del Chaco y Formosa. Las fuerzas se componía de una División de Caballería con los Regimientos 5, 6, 7 y 9, los que debían operar desde Presidencia Roca, Tostado, Resistencia y Formosa respectivamente.
Paralelamente la construcción del Ferrocarril que debía unir
a Barranqueras con Metán (Salta), en cumplimiento de la Ley 5559 de 1908,
llamada de Fomento de los Territorios Nacionales, fue otro de los factores que
incidieron decisivamente en el surgimiento de las principales ciudades y
colonias del centro y del sudoeste chaqueño, en especial de Pcia. Roque Sáenz
Peña. Efectivamente, a impulsos de este ferrocarril y del desarrollo de otros
medios de comunicación, como el fluvial, entre los años 1909 y 1916 surgieron
en el Chaco las colonias agrícolas de Colonia Uriburu en 1911, Presidencia
Roque Sáenz Peña en 1912, Rivadavia en 1916, El Zapallar en 1909 y Pcia. Roca
en 1912, estas últimas sobre el Bermejo. El ferrocarril debía financiarse con
la venta de las tierras por donde cruzaba la línea ferroviaria, destinándose
para ello unas 650.000 hectáreas que así
quedaron libradas a la colonización agrícola y lejos de la voracidad del
latifundio.
El Kilómetro 173 del Ferrocarril Central Norte: El 6 de Caballería avanzó desde el
Fortín Tostado (Pvcia. de Santa Fe) en Septiembre de 1911, internándose en el
Chaco en dirección al Norte - Noreste. Estaba al mondo del Teniente Coronel
Pedro Amarante, quien después de fatigosas marchas llegó el 21 del mismo mes al
Km. 177 del ferrocarril en construcción que uniría Barranqueras con Metán
(Salta). A poco de llegar a ese punto fue reemplazado por el Comandante Carlos
D. Fernández, quien consideró inadecuado el lugar para la fundación de una
población. En su lugar, y luego de una cuidadosa exploración, eligió una
planicie alta cubierta de buenos pastos para la caballería, situada junto a las
vías del ferrocarril; allí acampó con sus tropas a la espera de nuevas instrucciones,
después de informar detalladamente a sus superiores de la exploración
realizada. El sitio elegido se encontraba a l altura del Kilómetro 173 de la
línea férrea. De acuerdo con este informe y con los remitidos por los jefes de
los distintos regimientos que estaban operando en el Chaco y Formosa, el
Presidente Roque Sáenz Peña dictó el decreto del 8 de Febrero de 1912 por el
cual dispuso la fundación de cinco pueblos en los siguientes puntos:
"Nuevo Pilcomayo", "Pozo de Fierro", "Presidencia
Roca", "Kilómetro 521" (de la línea férrea Formosa-Embarcación),
y "Kilómetro 173" (de la línea férrea Barranqueras-Metán).
Trazado y fundación de Pcia. Roque Sáenz Peña: El Comandante Fernández ordenó al
Teniente PrimeroEstanislao López(nieto del prócer santafesino) efectuar la
delineación y mensura del pueblo, tarea que éste efectuó con precisión a pesar
de contar con elementos muy precarios para dicha tarea: un rollo de alambre, un
anteojo de campaña, una brújula y una varilla colocada sobre una plancha de madera
en forma vertical. Se efectuó así el primer trazado de 100 manzanas de cien
metros por lado, divididos a su vez en cuatro solares cada una de 50 metros de
lado. Se reservaron 7 manzanas y dos solares con destino a plazas y edificios
públicos. Esta tarea fue aprobada por
los ingenieros militares que llegaron posteriormente y que no encontraron
errores en el trazado. Previamente se había producido el hallazgo de agua
potable después de una afanosa búsqueda, con gran alivio para la tropa y
regocijo del jefe, pues dicho elemento era vital para permanecer en dicho
paraje. Con estos históricos trabajos se fundó la nueva población el 1ro. de
Marzo de 1912. El Comandante Fernández dispuso la fundación del pueblo con el
nombre de "Km. 173", pero la
tropa y los primeros pobladores que llegaron al lugar comenzaron a llamarlo
"Pueblo de la Picada Sáenz Peña". Con este antecedente y por
iniciativa del Comandante Fernández, el nuevo asentamiento recibió el nombre de
"Presidencia Roque Sáenz Peña",después de una visita que hiciera al
Presidente de la República a fin de interiorizarlo de los pormenores de la
campaña y conseguir su anuencia para dicha denominación. Una Resolución del
Ministerio de Guerra del 24 de Octubre de 1912, oficializó ese nombre para la
que es hoy la principal ciudad del interior de la provincia del Chaco.
Los primeros pobladores y colonos: El mismo día de
la fundación de Pcia. Roque Sáenz Peña el Comandante Fernández hizo entrega de
los títulos precarios de lotes de tierra a los seis primeros pobladores que
llegaron por ferrocarril desde Resistencia. Estos eran de nacionalidad española
y se trataba de:Miguel, Juan y Ricardo Vargas Giménez, Pedro Gómez Parra, Angel
Rascón y José Ibáñez Castillo. En los meses posteriores se fueron agregando otros
pobladores; algunos venían del sur, otros de colonias vecinas y otros procedían
del extranjero. Ante el número creciente de pobladores que llegaban para
radicarse, fue necesario ampliar muy pronto el ejido de la localidad. La
siembra del algodón cuyo desarrollo en el Chaco está estrechamente unido al
destino de Pcia. Roque Sáenz Peña, tuvo su primera manifestación en el año
agrícola de 1912-1913, es decir casi inmediatamente al momento de su fundación.
El primero que ensayó su cultivo con resultados satisfactorios fue el
pobladorFrancisco Aguado Baños. Esto lo llevó a repetir la experiencia al año
siguiente, acompañado de otros colonos que se sumaron a la gesta algodonera y
marcando así desde sus orígenes el futuro económico de la zona.
Los comienzos de la educación: La escuela pública nació
prácticamente con el pueblo. Con la llegada de nuevos pobladores y ante el
aumento de la población en edad escolar, se hizo evidente la necesidad de un
ámbito donde se pudiera impartir la enseñanza de las primeras letras. Esta
tarea la asumió desinteresadamente la Sra. Ana B. de Pibernus, quien sin tener
título docente pero con sincera vocación educadora, comenzó a recibir niñas en
su domicilio para brindarles instrucción elemental, sin percibir retribución
alguna. Mientras tanto, el Comandante Fernández inició con la colaboración de
los vecinos la construcción del local escolar, edificio de paredes de barro,
techo de zinc y piso de ladrillo, a cuyo amparo se iban a dictar las clases
para los primeros alumnos de ambos sexos. El acto inaugural se hizo el 15 de
Junio de 1913 con la presencia del Comandante Carlos D. Fernández y de todo el
pueblo convocado para ese acontecimiento. El Presidente de la Comisión de
Vecinos, Francisco Pibernus hizo entrega del edificio a las autoridades y quien
iba a ser el maestro voluntario, el soldado del Regimiento 6 de Caballería de
Línea Edmundo E. Podestá, presentó a los primeros 115 alumnos de ambos sexos a
quienes formuló algunas preguntas en la pizarra, en carácter de clase
inaugural. La Señora de Pibernus continuó sirviendo a la comunidad y en su
carácter de Presidenta de la Asociación de Beneficencia desde 1932, logró la
construcción del edificio del Cotolengo.
Al retirarse el Regimiento 6 de Caballería en 1913, el
soldado Podestá debió retirarse también y la escuela quedó sin su maestro hasta
el año siguiente. Pero la semilla ya estaba lanzada y el 27 de Febrero de 1914
la escuela fue incorporada al Consejo Nacional de Educación con el Nro. 31. A
los pocos días recomenzaron las clases con la dirección del Sr. Aurelio Vega y
con la colaboración de su esposa.
Se inicia la vida municipal: Ante el crecimiento de la
población y la necesidad de constituir las autoridades locales para atender los
requerimientos más acuciantes de la localidad, el Comandante Fernández estimuló
la creación de la primera Comisión de Fomento, la cual quedó formada el 8 de
junio de 1913. Con el apoyo material del vecindario y de la mano de obra de los
soldados del regimiento, se concretaron las primeras obras públicas. En 1923
cuando la población superó los 1.000 habitantes establecidos por la Ley 1532
para la creación del municipio, el Poder
Ejecutivo Nacional dispuso la creación de la Municipalidad por Decreto del 16
de Noviembre y se realizaron las primeras elecciones municipales. Los primeros
Concejales electos fueron:Luis Benítez, Joaquín Fortuny, Marcos Mehaudy,
Eutimio oviedo y Juan de Maddalena.Con los recursos financieros que se
obtuvieron de los primeros tributos municipales, se pudo comenzar a atender los
primeros servicios fundamentales que reclamaba la población. Al mismo tiempo,
el vecindario comenzó a realizar su aprendizaje cívico en medio de las luchas
electorales y rivalidades políticas, con la intervención de los partidos:
Socialista, Radical, Unión Popular y La Liga Comercial, Agrícola e Industrial
de Sáenz Peña, movimiento éste último de carácter netamente local.
Su desarrollo económico: A partir de la década de
1920 Pcia. Roque Sáenz Peña, convertida ya en el centro de una colonia
numerosa, comienza a desplazar a otros pueblos en importancia comercial e
industrial. En 1923 se constituyó la Liga Comercial, Agrícola e Industrial de
gran incidencia en la vida social y económica de Sánez Peña. Esta institución
gestionó ante las autoridades del Territorio y de la Nación, la solución de los
múltiples problemas que planteaba el crecimiento económico de la colonia. Así
logró en 1924 la inauguración de una sucursal del Banco de la Nación. Esta
institución era muy necesaria por cuanto Sánez Peña se había convertido ya en
el eje del desarrollo de otras localidades del centro chaqueño que canalizaban
su producción hacia este centro de comercialización. De ese modo, muchos
trámites de carácter económico o financiero que hasta ese momento debían
realizarse en Resistencia, podían ya efectuarse en esa ciudad evitando los
penosos e inseguros viajes hasta la capital del Territorio. Para ese año ya
funcionaban cuatro desmotadoras de algodón que recibían la fibra de la colonia
circundante y de otras localidades vecinas.
Los problemas derivados de la comercialización de sus
productos, especialmente del algodón, movieron a los colonos a nuclearse en
defensa de sus intereses. Así nacieron: la "Cooperativa Agrícola Ltda. de
Presidencia Roque Sáenz Pèña, Chaco", el 11 de Junio de 1925 y varios años
más tarde, el 19 de enero de 1930 se fundó la que después sería: la
"Cooperativa Agrícola El progreso Ltda." y el 7 de Febrero de 1937
cobró vida la "Cooperativa Agrícola La Unión Ltda". A través de estas
cooperativas, los agricultores nucleados en ellas no sólo pudieron
comercializar con más seguridad y ventaja su producción, sino que pudieron
instalar sus propias desmotadoras y centros de comercialización. De ese modo,
el movimiento cooperativista, de tanta incidencia en el desarrollo económico
del Territorio Nacional del Chaco en esos años, tuvo en Pcia. Roque Sáenz Peña
uno de los centros de mayor desarrollo y protagonismo.
La nueva corriente inmigratoria: Entre los años 1915 a 1930 llegó
al Chaco una nueva afluencia de inmigrantes. En este caso fueron de origen
europeo-oriental y asiático: yugoeslavos, checoeslovacos, polacos, turcos,
rusos, sirio-libaneses, alemanes, suizos, búlgaros, montenegrinos, ucranianos,
etc. La mayoría de ellos se extendieron por las colonias agrícolas del centro y
sudoeste del Chaco. Muchos grupos pertenecientes a estos orígenes se radicaron
en Sáenz Peña y sus colonias cercanas. Así es como desde 1917 comienzan a
formarse las primeras asociaciones que los nuclean por colectividades, en un
intento por perpetuar en la propia memoria y en la de sus hijos las tradiciones
nacionales, las costumbres, el idioma y la música de sus orígenes.
Por su parte los hijos del país, tanto criollos como pertenecientes a los pueblos originarios, quienes no se vieron favorecidos por la entrega de tierras ni por ninguna política de integración, se fueron incorporando a las duras tareas de los obrajes, como arrieros o peones en las explotaciones agropecuarias, como mano de obra en la cosecha algodonera, o como personal de las primeras industrias que comenzaron a surgir.
Pueblos Originarios del Chaco: Rasgos etnográficos:
Por su parte los hijos del país, tanto criollos como pertenecientes a los pueblos originarios, quienes no se vieron favorecidos por la entrega de tierras ni por ninguna política de integración, se fueron incorporando a las duras tareas de los obrajes, como arrieros o peones en las explotaciones agropecuarias, como mano de obra en la cosecha algodonera, o como personal de las primeras industrias que comenzaron a surgir.
Pueblos Originarios del Chaco: Rasgos etnográficos:
Se describirán los rasgos culturales que portaban los
pueblos de la región chaqueña desde sus primeros contactos con los europeos en
el Siglo XVI hasta su total sometimiento entre fines del Siglo XIX y principios
del Siglo XX. Estos rasgos se fueron modificando a lo largo de esos siglos,
tanto por la influencia de otros pueblos como por el brutal impacto que
significó para estos grupos originarios la pérdida de sus territorios y su
ambiente natural a manos de la sociedad occidental. Pero una parte de estos
hábitos, creencias y costumbres se mantienen en los grupos actuales,
conviviendo con otros rasgos de la sociedad criolla que la necesidad les obligó
a incorporar a su cultura.
Economía y subsistencia: La base de la economía de los pueblos chaquenses estaba
dada por la recolección de frutos silvestres, la caza y la pesca. La
agricultura se practicaba de manera rudimentaria y en poca escala. Algunos
pueblos estaban condicionados por el medio en que habitaban. Por ejemplo: los
wichis que vivían en los bosques practicaban la caza en forma predominante, y
los que moraban en las riberas de los ríos se dedicaban a la pesca durante todo
el año. Los frutos silvestres preferidos eran la algarroba -de la cual extraían
su principal bebida-, el chañar, el molle, la tusca, frutos de tuna, porotos
del monte, tasi, diversas raíces y cogollos de palmera. La labor de recolección
era practicada por las mujeres, quienes exploraban sistemáticamente los
alrededores de la toldería hasta una distancia de una jornada. La algarroba que
madura entre noviembre y febrero era su principal alimento, pues este período
junto con el de la pesca entre abril a junio, constituían la época de mayor
abundancia de alimentos.
Una parte de la algarroba recolectada en la época de fructificación se almacenaba en trojas que construían junto a las viviendas, en previsión de los períodos de escasez. Los Wichis eran muy aficionados a la miel silvestre de la cual conocían 16 clases distintas. Los Mocobíes, por su parte, recogían grandes cantidades de langostas a las que consumían tostadas al fuego o cocinadas en una olla con agua.
El seminomadismo que practicaban estos pueblos se debe en gran parte a la necesidad de trasladarse a los lugares donde en una época del año abundaba determinado fruto recolectable según la época de fructificación. O bien, el agotamiento de un recurso en un lugar los obligaba a desplazarse a otra zona del territorio que constituía su hábitat.
Una parte de la algarroba recolectada en la época de fructificación se almacenaba en trojas que construían junto a las viviendas, en previsión de los períodos de escasez. Los Wichis eran muy aficionados a la miel silvestre de la cual conocían 16 clases distintas. Los Mocobíes, por su parte, recogían grandes cantidades de langostas a las que consumían tostadas al fuego o cocinadas en una olla con agua.
El seminomadismo que practicaban estos pueblos se debe en gran parte a la necesidad de trasladarse a los lugares donde en una época del año abundaba determinado fruto recolectable según la época de fructificación. O bien, el agotamiento de un recurso en un lugar los obligaba a desplazarse a otra zona del territorio que constituía su hábitat.
La caza:La
caza era una actividad común y de gran predicamento entre los pueblos
chaquenses. No olvidemos que el nombre Chaco deriva de la voz quichua
"chacu" que significa "territorio de cacería". La caza se efectuaba en forma individual o
colectiva y puede decirse que no tenía una época determinada. En toda familia
había siempre un miembro que se dedicaba permanentemente a esta faena. Las
carnes más preciadas eran las del ñandú, el tapir, el venado, la corzuela y el
pecarí. Poseían diversos métodos de cacería. Para la del ñandú empleaban un
disfraz consistente en un armazón cónico de hojas y ramas que les permitía
acercarse a la presa sin ser descubiertos hasta tenerlos a tiro. Además,
utilizaban el fuego para encender los pastizales y obligarlos a dirigirse hacia
donde los acechaba el cazador. Los Mocobíes eran muy afectos a la caza de los
pecaríes, los cuales eran acorralados con la ayuda de los perros y luego
ultimados a golpes de macana.
Las armas utilizadas para la caza eran por lo general el arco y la flecha, además la lanza y la macana o maza de madera. Los arcos eran de sección rectangular y las cuerdas eran de tiras de piel trenzadas. Las puntas de flecha eran originariamente de madera endurecidas al fuego o de huesos de animales aguzados, pero posteriormente se usó el hierro por comercio con los blancos. También se usaban trampas consistentes en lazos de cuerda accionados por varas flexibles.
Las armas utilizadas para la caza eran por lo general el arco y la flecha, además la lanza y la macana o maza de madera. Los arcos eran de sección rectangular y las cuerdas eran de tiras de piel trenzadas. Las puntas de flecha eran originariamente de madera endurecidas al fuego o de huesos de animales aguzados, pero posteriormente se usó el hierro por comercio con los blancos. También se usaban trampas consistentes en lazos de cuerda accionados por varas flexibles.
La pesca:
La pesca ocupaba un lugar importante en la economía de aquellos pueblos que
habitaban las riberas de los grandes ríos como el Bermejo o el Pilcomayo. Su
práctica se efectuaba de diversas maneras. Por medio de un arpón que consistía
en una vara larga de varios metros, en cuyo extremo estaba atada una varilla en
la que descanzaba flojamente el arpón, hecha del extremo agudo de un cuerno de
vacuno. Esta punta se hallaba sujeta a la mano del pescador por medio de una
cuerda que corría a lo largo del palo. Una vez arrojado el artefacto, el arpón
se clavaba en el pez y se desprendía del palo. El pescador podía entonces
recoger la pieza por medio de la cuerda.
En cuanto a la pesca con red, consistía en atar por los extremos dos varillas largas y flexibles de las que pendía la red. El pescador se sumergía en el río y cuando sentía haber atrapado a uno o varios peces la retiraba del agua. La pesca colectiva o en grupo se hacía mediante un cierto número de hombres que ubicados en fila desplegaban una red y avanzaban en sentido contrario a la corriente. Sumergían la red y luego de recorrer un trayecto se cerraban sobre la orilla y acorralaban a gran cantidad de peces que atrapaban y los arrojaban a la costa. En el Pilcomayo y el Bermejo todavía se practican estos métodos de pesca.
En cuanto a la pesca con red, consistía en atar por los extremos dos varillas largas y flexibles de las que pendía la red. El pescador se sumergía en el río y cuando sentía haber atrapado a uno o varios peces la retiraba del agua. La pesca colectiva o en grupo se hacía mediante un cierto número de hombres que ubicados en fila desplegaban una red y avanzaban en sentido contrario a la corriente. Sumergían la red y luego de recorrer un trayecto se cerraban sobre la orilla y acorralaban a gran cantidad de peces que atrapaban y los arrojaban a la costa. En el Pilcomayo y el Bermejo todavía se practican estos métodos de pesca.
La agricultura: La agricultura era una actividad secundaria entre los
chaquenses. Su conocimiento les vino por contacto con otros pueblos que lo
practicaban como los Lule-vilelas por el Oeste y los Guaraníes de la cuenca de
los ríos Paraná y Paraguay por el Este. Por eso los grupos más sensibles a esas
influencias eran los Wichis y los Pilagás del ángulo Noroeste de la región
chaqueña.
Las áreas de cultivo eran pequeñas, pues no pasaban de 15 metros de largo por 6 de ancho y estaban ubicadas en lugares recónditos o bien protegidos por cercos de ramas espinosas. Los hombres eran los encargados de la plantación y del cuidado de la huerta, y las mujeres de la cosecha. La siembra se efectuaba por medio de hoyos pracitcados en la tierra con palas de madera. No se utilizaba el riego, la extracción de maleza y la remoción de la tierra.
El producto era consumido por la familia que sembraba compartiéndolo con algunos amigos, y su volumen alcanzaba para suministrar alimento durante algunas pocas semanas al año. Las especies más cultivadas eran el maíz, el zapallo, las calabazas y el tabaco.
Las áreas de cultivo eran pequeñas, pues no pasaban de 15 metros de largo por 6 de ancho y estaban ubicadas en lugares recónditos o bien protegidos por cercos de ramas espinosas. Los hombres eran los encargados de la plantación y del cuidado de la huerta, y las mujeres de la cosecha. La siembra se efectuaba por medio de hoyos pracitcados en la tierra con palas de madera. No se utilizaba el riego, la extracción de maleza y la remoción de la tierra.
El producto era consumido por la familia que sembraba compartiéndolo con algunos amigos, y su volumen alcanzaba para suministrar alimento durante algunas pocas semanas al año. Las especies más cultivadas eran el maíz, el zapallo, las calabazas y el tabaco.
La vivienda y el mobiliario: Según las antiguas crónicas, la
vivienda de los pueblos Guaycurúes conistía simplemente en dos esteras
desarmables y portables que utilizaban como paravientos. Este tipo de vivienda
que no desapareció del todo hasta épocas relativamente recientes, fue
reemplazado por otro consistente en armazones de ramas cubiertos con paja, de
planta ovoide de 2 a 3 metros de ancho por 15 metros de largo. Los Wichis, por
su parte, construían chozas hemisféricas cupulares de planta circular de 2 a 3
metros de diámetro. Mientras que en los Guaycurúes cada unidad podía albergar
de 20 a 30 individuos y todas se agrupaban en semicírculo o en línea recta,
entre los Wichis cada vivienda albergaba a una sola familia y el conjunto no
guardaba orden alguno. Entre el grupo de chozas quedaba siempre un espacio
libre donde jugaban los niños, se realizaban los bailes tribales y en ocasiones
las borracheras colectivas.
El armazón de las vivienda en ambos pueblos consistía tradicionalmente en ramas encorvadas que se cubrían con paja, dejando un espacio abierto para la entrada. Posteriormente se adoptó, tal vez por vía de préstamo cultural, el caballete como elemento principal, sobre el cual se asentaba el ramaje o la paja.
El armazón de las vivienda en ambos pueblos consistía tradicionalmente en ramas encorvadas que se cubrían con paja, dejando un espacio abierto para la entrada. Posteriormente se adoptó, tal vez por vía de préstamo cultural, el caballete como elemento principal, sobre el cual se asentaba el ramaje o la paja.
El moblaje era precario. Bolsas de fibra de caraguatá
conteniendo utensilios pendían de horquetas enclavadas en el piso. la cama era
un cuero tendido en el suelo; vasijas de barro que contenían agua colgaban del
techo o de las ramas que lo sostenían, o bien se amontonaban en un rincón. Las
armas se acomodaban entre las pajas de la techumbre. Por influencia de los
Chiriguanos, algunas trius del Chaco occidental usaron el taburete de madera
liviana para sentarse. Esta precariedad estaba explicada por el hábito
seminómade de estas tribus, ya que estos elementos debían ser transportados en
los frecuentes traslados de un sitio a otro.
Vestimentas y adornos: La vestimenta típica usada tanto entre los guaycurúes como
entre los wichis desde épocas muy antiguas era el manto de pieles de origen
patagónico. Consistía en varios cueros de nutria, venado o zorros cosidos entre
sí con el pelo hacia dentro y la parte exterior decorada con figuras
geométricas negras y rojas. Por influencias andinas fue usado el manto de lana
especialmente por los hombres. Esta prenda se llevaba sujeta por una faja de
lana tejida. Las mujeres por su parte usaban un trozo de piel sujeta por un
cinturón del mismo material. Posteriormente esta prenda fue confeccionada con
tejidos de lana, de fibras de caraguatá o algodón.. Entre los wichis también
era común el uso de una camiseta tejida al "crochet"con fibras de
caraguatá. Completaban la vestimenta de estos pueblos vinchas de color,
aderezos de plumas en la cabeza y en los tobillos, además mocasines de uso
frecuente entre los Pilagás, y la ojota de cuero de vaca o tapir de origen
andino.
Eran muy aficionados al tatuaje facial y a las pinturas corporales. Entre sus adornos característicos se contaba el tarugo cilíndrico en el lóbulo de la oreja y el barbote en el labio inferior, también llamado "tembetá" (barbilla) por los guaraníes. El tatuaje facial y el uso de collares de conchillas era común a ambos sexos.
Industria cerámica y textil: La alfarería y el trejido constituían las principales artesanías de los chaquenses, aunque también practicaban y aún practican la cestería y la talla en madera. Todas estas artesanías son practicadas actualmente por todos los grupos de la región y son los elementos culturales que más se han difundido en la sociedad criolla. Una feria anual en la ciudad de Quitilipi reúne a artesanos de toda la región chaqueña.
La alfarería estaba muy difundida entre los Wichis, Pilagás y Mocovíes, aunque también la practicaron los Tobas. Las mujeres generalmente eran las encargadas de esta tarea. Empleaban el procedimiento del rodete en espiral, fabricaban piezas de forma subglobular de amplio cuerpo y cuello estrecho, con dos asas pequeñaspor donde pasaba el hilo que servía de sostén. También fabricaban piezas en forma de escudilla, ollas, cántaros de boca ancha y vasos globulares. Aunque la decoración no era frecuente, cuando la utilizaban consistía en impresiones dactilares o con la aplicación de series de pequeñas bolitas cuando la arcilla estaba aún húmeda.
La técnica más antigua de tejido era la empleada con las fibras del caraguatá o chaguar. Una vez extraída ésta de la hoja mediante golpes con un palo, se retorcía en cordones de distintos grosores según los tejidos a confeccionar. Estos se realizaban al "crochet" fabricándose bolsas, las "yicas", o camisas. El empleo de hilos teñidos con tinturas obtenidas de distintas plantas y de la corteza de algunos árboles, facilitaban la obtención de dibujos decorativos de carácter geométrico. Los Wichis eran y aún son muy hábiles en esta técnica textil. El telar utilizado era de factura muy simple y su procedencia parece ser andina. Con este elemento confeccionaban ponchos y fajas de fina hechura con dibujos de gran tamaño muy variados, utilizando preferentemente la lana.
Eran muy aficionados al tatuaje facial y a las pinturas corporales. Entre sus adornos característicos se contaba el tarugo cilíndrico en el lóbulo de la oreja y el barbote en el labio inferior, también llamado "tembetá" (barbilla) por los guaraníes. El tatuaje facial y el uso de collares de conchillas era común a ambos sexos.
Industria cerámica y textil: La alfarería y el trejido constituían las principales artesanías de los chaquenses, aunque también practicaban y aún practican la cestería y la talla en madera. Todas estas artesanías son practicadas actualmente por todos los grupos de la región y son los elementos culturales que más se han difundido en la sociedad criolla. Una feria anual en la ciudad de Quitilipi reúne a artesanos de toda la región chaqueña.
La alfarería estaba muy difundida entre los Wichis, Pilagás y Mocovíes, aunque también la practicaron los Tobas. Las mujeres generalmente eran las encargadas de esta tarea. Empleaban el procedimiento del rodete en espiral, fabricaban piezas de forma subglobular de amplio cuerpo y cuello estrecho, con dos asas pequeñaspor donde pasaba el hilo que servía de sostén. También fabricaban piezas en forma de escudilla, ollas, cántaros de boca ancha y vasos globulares. Aunque la decoración no era frecuente, cuando la utilizaban consistía en impresiones dactilares o con la aplicación de series de pequeñas bolitas cuando la arcilla estaba aún húmeda.
La técnica más antigua de tejido era la empleada con las fibras del caraguatá o chaguar. Una vez extraída ésta de la hoja mediante golpes con un palo, se retorcía en cordones de distintos grosores según los tejidos a confeccionar. Estos se realizaban al "crochet" fabricándose bolsas, las "yicas", o camisas. El empleo de hilos teñidos con tinturas obtenidas de distintas plantas y de la corteza de algunos árboles, facilitaban la obtención de dibujos decorativos de carácter geométrico. Los Wichis eran y aún son muy hábiles en esta técnica textil. El telar utilizado era de factura muy simple y su procedencia parece ser andina. Con este elemento confeccionaban ponchos y fajas de fina hechura con dibujos de gran tamaño muy variados, utilizando preferentemente la lana.
Organización social y gobierno: La familia era de base monogámica
aunque el cacique acostumbraba a tener varias mujeres de distinta edad. La
mujer tomaba generalmente la iniciativa en las relaciones amorosas con el
hombre, y. pese a que no le estaba vedada la vida sexual antes del matrimonio,
una vez casada permanecía por lo general fiel al marido. Entre los Abipones se
practicaba el casamiento por compra y entre los Tobas era común que el
pretendiente se presentara en la casa de la pretendida mostrando los productos
de su caza, para demostrar que podía mantener a una mujer.
La educación del niño estaba destinada a prepararlo para la vida adulta. Con ese fin el varón aprendía el manejo de las armas y la práctica de la caza y de la pesca, acompañando a partir de cierta edad al padre en estas actividades; así se fortalecía para soportar los rigoes del medio y las privaciones. La niña acompañaba a su madre a todas partes y aprendía a realizar las tareas domésticas de la tribu.
La organización social de los chaquenses era de carácter tribal y la jefatura recaía en un cacique hereditario. No obstante su estructura no era muy rígida pues el cacique ostentaba en tiempo de paz un poder muy limitado. Todas sus decisiones debían ser consultadas previamente con un consejo de jefes de familia. Unicamente cuando se decidía una incursión bélica contra otra tribu o cuando había que defenderse de un ataque, el cacique aumentaba su autoridad y hasta podía dar muerte a quien se mostrase temeroso en el combate o no respetase sus órdenes. La sucesión recaía en el hijo mayor o periente cercano del cacique, pero siempre que fueran considerados aptos para ejercer el gobierno. Eran condiciones esenciales para ser cacique conocer los mejores lugares de caza y pesca y demostrar habilidad y arrojo en los combates.
No existía la propiedad privada como la conocemos en la sociedad occidental. La propiedad de la tierra era comunitaria, las tribus se distribuían los respectivos terriorios de caza y se compartían comunitariamente las piezas obtenidas durante esa actividad.
La educación del niño estaba destinada a prepararlo para la vida adulta. Con ese fin el varón aprendía el manejo de las armas y la práctica de la caza y de la pesca, acompañando a partir de cierta edad al padre en estas actividades; así se fortalecía para soportar los rigoes del medio y las privaciones. La niña acompañaba a su madre a todas partes y aprendía a realizar las tareas domésticas de la tribu.
La organización social de los chaquenses era de carácter tribal y la jefatura recaía en un cacique hereditario. No obstante su estructura no era muy rígida pues el cacique ostentaba en tiempo de paz un poder muy limitado. Todas sus decisiones debían ser consultadas previamente con un consejo de jefes de familia. Unicamente cuando se decidía una incursión bélica contra otra tribu o cuando había que defenderse de un ataque, el cacique aumentaba su autoridad y hasta podía dar muerte a quien se mostrase temeroso en el combate o no respetase sus órdenes. La sucesión recaía en el hijo mayor o periente cercano del cacique, pero siempre que fueran considerados aptos para ejercer el gobierno. Eran condiciones esenciales para ser cacique conocer los mejores lugares de caza y pesca y demostrar habilidad y arrojo en los combates.
No existía la propiedad privada como la conocemos en la sociedad occidental. La propiedad de la tierra era comunitaria, las tribus se distribuían los respectivos terriorios de caza y se compartían comunitariamente las piezas obtenidas durante esa actividad.
Creencias religiosas: La religión de todos estos pueblos era de carácter
animista, es decir creían que un "'ánima" habitaba en todos los seres
y cosas. Los Tobas creían en un ser superior al que llamaban "Ayaic",
"Paiyac" o "Payack".a quien recomendaban la protección de
las almas. Más que un Ser Supremo, como se concibe a Dios en otras religiones,
se trataba de un espíritu protector. Antonio Serrano crée que se lo puede
identificar con el "Ahar-agichi" de los Abipones del Siglo XVIII, del
cual nos dice Dobrizhoffer que era llamado cariñosamente "abuelito" y
estaba representado en el cielo por las Pléyades o constelación de los Siete
Cabritos.
La mayoría de los autores sostiene que los Wichis poseían la idea de un ser supremo, aunque esta idea no estaba bien definida. En cambio creían que el mundo celeste estaba habitado por un conjunto de dioses buenos y malos a quienes daban el nombre de "aittah". De este conjunto distinguían a uno más benigno y de mayor jerarquía, a quien llamaban "aittah-talac" o "el viejo". Creían además que el mundo terrenal estaba habitado por los "ahots" que moraban en los cementerios o cerca de donde vivía la gente. Según esta creencia, cada hombre o mujer llevaba encarnado en vida un espíritu o aoot, que después de su muerte moraba bajo tierra y salía por las noches a recorrer los lugares que había frecuentado el difunto, como lo afirma Amadeo Baldrich.
Los intermediarios entre los seres superiores y los hombres eran los shamanes o hechiceros que tenían gran autoridad dentro de la tribu. Ejercían la medicina mediante prácticas mágicas y extraían el maleficio que se había apoderado del cuerpo cuando había una enfermedad, mediante exorcismos. Aunque no adoraban a los astros creían en la acción benéfica de la luna en ciertas actividades, por lo cual realizaban bailes ceremoniales para invocarlos. Creían en la existencia del más allá o de la vida después de la muerte como se dio en todas las culturas aborígenes de América. Por ello sepultaban a sus muertos en posición fetal y acompañado de un ajuar funerario. Los Wichis sepultaban a sus caciques o personas principales de la tribu en plataformas ubicadas en los árboles. Posteriormente retiraban los huesos y los enterraban en una fosa.Todas estas creencias fueron profundamente modificadas por la introducción moderna de cultos protestantes pertenecientes a iglesias evangélicas y luteranas.
La mayoría de los autores sostiene que los Wichis poseían la idea de un ser supremo, aunque esta idea no estaba bien definida. En cambio creían que el mundo celeste estaba habitado por un conjunto de dioses buenos y malos a quienes daban el nombre de "aittah". De este conjunto distinguían a uno más benigno y de mayor jerarquía, a quien llamaban "aittah-talac" o "el viejo". Creían además que el mundo terrenal estaba habitado por los "ahots" que moraban en los cementerios o cerca de donde vivía la gente. Según esta creencia, cada hombre o mujer llevaba encarnado en vida un espíritu o aoot, que después de su muerte moraba bajo tierra y salía por las noches a recorrer los lugares que había frecuentado el difunto, como lo afirma Amadeo Baldrich.
Los intermediarios entre los seres superiores y los hombres eran los shamanes o hechiceros que tenían gran autoridad dentro de la tribu. Ejercían la medicina mediante prácticas mágicas y extraían el maleficio que se había apoderado del cuerpo cuando había una enfermedad, mediante exorcismos. Aunque no adoraban a los astros creían en la acción benéfica de la luna en ciertas actividades, por lo cual realizaban bailes ceremoniales para invocarlos. Creían en la existencia del más allá o de la vida después de la muerte como se dio en todas las culturas aborígenes de América. Por ello sepultaban a sus muertos en posición fetal y acompañado de un ajuar funerario. Los Wichis sepultaban a sus caciques o personas principales de la tribu en plataformas ubicadas en los árboles. Posteriormente retiraban los huesos y los enterraban en una fosa.Todas estas creencias fueron profundamente modificadas por la introducción moderna de cultos protestantes pertenecientes a iglesias evangélicas y luteranas.
Para explicar el origen del mundo, del hombre, de los
animales y de todas las cosas se valían de mitos y leyendas que eran relatados
por los más ancianos de la tribu, que pasaban así a ser los depositarios de la
tradición tribal. Un mito toba relata que con motivo de un gran fuego que
arrasaba la tierra, una hechicera escondió por orden de Dios a todos los hombres
y mujeres en las profundidades de la tierra. Una vez pasado el fuego ordenó a
todos que salieran con los ojos cerrados. Aquellos que no lo hicieron así se
convirtieron en los animales que pueblan la tierra. Según un mito de los Wichis
sobre el origen de los hombres, de las cuatro parejas que salieron de la cueva
del escarabajo salieron las cuatro parcialidades que integran la población
wichi.
Pueblos Originarios del Chaco: Variedad de grupos étnico:
Al momento en que los
conquistadores españoles toman contacto con las culturas aborígenes del Chaco
en el Siglo XVI se distinguen tres grupos étnicos o familias linguísticas:
Guaycurú, Mataco-mataguayo y Lule-vilela. Los dos primeros son denominados
“chaquenses típicos” y el tercer grupoocupaba sólo parcialmente el territorio
chaqueño, y era ajeno cultural y racialmente a los primeros. Los lule-vilelas
estaban vinculados a las culturas andinas, se ubicaban al sudoeste de la región
chaqueña y llegaban hasta los territorios semimontañosos de Tucumán y Salta.
Tampoco deben considerarse propiamente “chaquenses” los pueblos de las etnias
“chané”, de origen amazónico, y “chiriguano”, de origen guaranítico, que se
establecieron poco antes de la llegada de los españoles en la zona noroeste de
la región.
A la familia guaycurú pertenecen los
Abipones, Tobas (quom), Pilagás, Mocobíes, Mbayás y Payaguás. Estas dos últimas
etnias habitaban el Chaco paraguayo y al igual que los Abipones, se
extinguieron hace mucho tiempo. A la familia Mataco-maccá o también denominada
Mataco-mataguaya pertenecen los Matacos (wichis), Chorotis, Ashluslay, Maccás,
Noctenes, Vejoces y Mataguayos.
Los lule-vilelas constituyen un complejo
étnico integrado por Tonocotés, Lules y Vilelas, a los que el antropólogo José
Imbelloni agrega los Matarás, etnia que en la época de la conquista habitaba en
las cercanías del Bermejo medio, junto a Concepción del Bermejo.
Entre luchas y migraciones:
Los pueblos de la familia Guaycurúhabitaron desde el comienzo de los tiempos
históricos una amplia franja de territorio sobre la margen derecha de los ríos
Paraná y Paraguay, desde el Río Pilcomayo hasta la ciudad de Santa Fe. Los
conquistadores dieron a estos pueblos el nombre genérico de “Frentones” por la
costumbre muy generalizada entre ellos de raparse la parte anterior de la
cabeza dando la impresión de una amplia frente. El nombre “guaycurú” fue dado
por los guaraníes a los Mbayás, generalizándose posteriormente a toda la
familia lingüística.
Tanto los Abipones como los
Tobas y Mocobíes mostraron desde el Siglo XVII hasta el siglo siguiente una
tendencia constante a la migración desde el Norte hacia el Sur de la región
chaqueña. Recién desde 1750 con el estrechamiento de la zona que habitaban
pasaron de un estado nómade a uno de mayor sedentarismo, según L. Kersten.
Los Abipones están muy
relacionados con la historia colonial de Santa Fe, Corrientes y Chaco. En 1750
los misioneros jesuitas fundaron con ellos la Reducción de San Fernando del Río
Negro y en 1764 la de San Carlos o Rosario del Timbó cerca del Río Paraguay en
el actual territorio de Formosa. Estas fundaciones limitaron el formidable
carácter guerrero de estos pueblos y dieron un respiro a las ciudades
coloniales del Litoral .
El caballo los hace
imbatibles: Entre los Siglos XVI y XVII los pueblos guaycurúes
adoptan el caballo como arma de movilidad y de guerra, y saben utilizarlos
mucho mejor que los españoles. Esto les permitió a los Abipones abandonar la
ribera Norte del Bermejo inferior que era su hábitat originario y desplazarse velozmente
hacia el sur, ocupando extensas zonas del Chaco, destruir a otras poblaciones
indígenas y atacar a las poblaciones españolas de Corrientes, Santa Fe,
Santiago del Estero y Córdoba. Algo similar ocurrió con los Mocobíes, pueblo
que estaba situado al oeste de los Abipones ocupando el centro del Chaco.
Cuando adoptaron el caballo participaron con otros aborígenes en el ataque y
destrucción de algunas poblaciones
españolas. A principios del Siglo XVIII, al ser empujados por los españoles se
corrieron hacia el Sur, llegando en sus ataques a la ciudad de Santa Fe. Al Sur
de esa ciudad algunas tribus Mocobíes fueron reducidas por el misionero Jesuita
Florián Paucke en la localidad de San Javier, quien nos dejó una completa
descripción de este pueblo acompañada de ilustrativos dibujos.
Los Tobas, por su parte,
ocuparon primeramente todo el actual territorio de Formosa llegando hasta el
territorio ocupados por los Chiriguanos en Salta. Empujados por los Matacos
hacia el Siglo XVIII se corrieron hacia el Chaco Oriental desplazándose al
Norte y Sur del mismo. Al convertirse en nómades montados se dedicaron a atacar
a las poblaciones españolas y hasta lograron poner en jaque a las poblaciones
santafesinas ya entrado el Siglo XIX.
La mayoría de las
expediciones de castigo que enviaron los españoles al interior del Chaco fueron
derrotadas o regresaron sin obtener resultado alguno por la mayor velocidad de
desplazamiento y mejor conocimiento del terreno por parte de las tribus
guerreras de la región.
Los otros pueblos
originarios del Chaco, aunque también defendieron su hábitat ante la
penetración hispánica y luego ante la ocupación criolla, no alcanzaron el
protagonismo bélico de los mencionados más arriba, ya sea porque su “ethos”
guerrero era menos acentuado o porque no adoptaron en forma tan predominante el
caballo para sus desplazamientos.
Un complejo entramado de pueblos: Los Pilagás ocuparon la parte central del territorio comprendido entre los Río Pilcomayo y bermejo y allí se mantuvieron por varios siglos. Habitaban principalmente en la región anegadiza del Estero Patiño hasta ocupar los terrenos que después fueron atravesados por el Ferrocarril que une Formosa con Embarcación en Salta. Algunos desprendimientos de este pueblo cruzaron en ciertas épocas el Bermejo y llegaron hasta Juan José Castelli, Pampa del Indio y pampa Chica en el Chaco.
De la familia lingüística
Mataco-Maccá, los Mataguayos habitaban en la época hispánica, según el
antropólogo Antonio Serrano, las tierras comprendidas al sur del Bermejo
Superior hasta los 64º de Longitud Oeste en territorio salteño. Los Matacos
propiamente dichos o Wichis, como se los denomina actualmente, ocupaban la
margen izquierda del Bermejo Medio, y desde allí ocuparon la margen derecha de
este río y se desplazaron al Norte hasta
el Río Pilcomayo.
Del complejo Lule-vilela-tonocoté, nos
interesan los Tonocotés y Vilelas que son los que ingresaron en la región
chaqueña. Los pueblos de la etnia Matará fueron considerados Tonocotés y
habitaron las riberas del Bermejo Medio entre los Siglos XVI y XVII. Con ellos
los vecinos de Concepción del Bermejo fundaron varias reducciones por ser
hábiles agricultores y en parte los llevaron en su fuga a Corrientes cuando
tuvieron que abandonar la ciudad. Su procedencia parece ser claramente
amazónica, pues la antropóloga B. Susnik los considera emparentados con los
Xarayes del Alto paraguay. En cuanto a los Vilelas se encontraban ocupando el
interior del Chaco Occidental al entrar en contacto con los españoles y
empujados por éstos se establecieron en el Chaco Oriental, donde algunas tribus
acordaron con los franciscanos la fundación de la reducción de San Buenaventura
del Monte Alto. Posteriormente participaron en algunos ataques a la naciente
Colonia Resistencia hasta que fueron ubicados en terrenos cerca de Antequera y
el actual Puerto Vilelas.
De este rico y denso
mosaico de pueblos que habitaron el Chaco, se mantienen hoy en nuestra
Provincia los Quom, Wichis y Mocobí, que atesoran una tradición milenaria en su
cultura y a través de sus organizaciones y entidades culturales buscan difundir
y hacer perdurable ese legado ancestral.
HISTORIA: Durante el período hispano, el chaco se mantuvo como un reducto indígena no conquistado. Las pocas misiones que se instalaron en su territorio no pudieron subsistir, por el asedio de los Indios bravos o guaycurúes(como se llamaba también a los tobas, mocovíes y abipones). Estos indios podían vivir de la cacería gracias a la rica fauna de mamíferos que había en la región. Efectivamente, chaco significa, enlengua quichua, "país de las cacerías".
La integración a la nación:
Las regiones del Chaco, Formosa y Misiones se mantuvieron por mucho tiempo como
Territorios Nacionales, sin jurisdicción ni gobierno Provincial, debido a la
política de defensa de las áreas de frontera. Luego de la pacificación de los
pueblos fronterizos, se designó una Comisión Exploradora con el fin de buscar
el mejor sitio para emplazar una colonia en el territorio del Chaco. Entre sus
integrantes figuraban los agrimensores Arturo Sealtrang y Enrique Fostar,
quienes determinaron que el lugar más apropiado era el paraje de San Fernando,
donde realizaron las primeras mensuras para la futura colonia.
Los Colonos:
Afines de 1877, sesenta y siete familias italianas se embarcaron en Génova
rumbo a las tierras chaqueñas, envueltas aún en la lucha contra los indígenas,
y el 2 de febrero de 1878 desembarcaron en el sitio donde hoy se levanta un
pequeño monolito. Ya ubicados, iniciaron un trabajo rudo, agotador, en un medio
que les era hostil, junto a la selva llena de peligros. Y cuando en abril de
1879 arribaron otras cuarenta y nueve familias, procedentes de la región
italiana de Udine, la labor era intensa y ya estaban en marcha las raíces de la
futura provincia.
Provincialización del Chaco:
Esta región de nuestro país fue, a principios del siglo pasado, un área poco
habitada. En septiembre de 1884 se fijaron finalmente los límites definitivos
de la gobernación, que ya contaba con ciudades como Resistencia, Colonia
Benítez, Margarita Belén, Vicentini y Colonia Popular, pero que, sin embargo,
debería esperar hasta el 8 de agosto de 1951 para ser declarada provincia.
El nombre de Resistencia:
El nombre La Resistencia con que se designó la colonia tuvo su origen en un
hecho acaecido el 6 de febrero de 1876. En esa oportunidad, el cacique
Leoncito, de los Chunupíes (parcialidad de los Vilelas) -reconocido como jefe
también por otras etnias- rompió la paz acordada en septiem bre del año
anterior con la Comisión Exploradora alegando maltrato recibido de algunos de
lo; - ocupantes blancos , que eran unos quince obre ros correntinos, italianos
y franceses. Atacó las viviendas más cercanas al bosque, matando a algunas
personas y dejando varios heridos. Los pobladores se agruparon en la casa del
coronel José M. Avalos, cuya empalizada la convertía casi en un fortín. Desde
allí pudieron resistir los ataques durante varios días, hasta que llegaron las
tropas del Ejército de Línea desde Corrientes.
Las ciudades:La
poblaciones del Chaco, surgidas de una colonización relativamente reciente,
tienen un aspecto más nuevo que el de otras ciudades, así como también una
dinámica propia. Hay en ellas un alto porcentaje de extranjeros (oriundos del
Paraguay y de países de Europa oriental y balcánica). Alrededor de las ciudades
se han formado pequeñas comunidades indígenas, prácticamente integradas a la
vida económica general aunque conservan su organización social, sus hábitos y
sus tipos de vivienda. Resistencia, la capital de la provincia, tiene más de
200.000 habitantes. se halla a escasa distancia de las costas del río Paraná.
su trazado es moderno, con calles espaciosas lo que la diferencia de las viejas
ciudades fundadas por los españoles. Dos suburbios industriales (Puerto
Barranqueras y Puerto Vilelas) le dan salida al Paraná. otras ciudades
importantes son Presidente Roque Sáenz Peña, Villa Ángela, Taco Pozo y Fuerte
Esperanza, ubicada en el corazón mismo de El impenetrable, en el extremo oeste
de la provincia.
La cultura en el Chaco:
La cultura chaqueña es la consecuencia de una gran mezcla entre la de los
aborígenes originarios del lugar y la de los colonizadores. muchos de sus
habitantes hablan perfectamente el guaraní y, al mismo tiempo, poseen todas las
características propias de la cultura hispanoamericana. tal vez el más claro
exponente de esta combinación sea el centro El Fogón de los Arrieros, en
Resistencia, que para algunos representa el único lugar donde se comprende la
universalidad de la provincia. De este centro han salido numerosos artistas que
son el orgullo de Resistencia.
Aborígenes: La comunidad aborigen cuenta con
unos 30.000 integrantes, que se distribuyen por toda la geografía de la
provincia. En la actualidad existen tres pueblos aborígenes, con su cultura, su
lengua y sus características propias. Ellos son QOM (Toba), WICHI (mataco) y
MOQ´OITt (Mocovil).
Grupo
|
Características
|
Tobas
|
La
nación toba constituye el grupo indígena más numeroso en la actualidad. Están
distribuidos en Resistencia, Quitilipi, Machagai, Sáenz Peña, General San
Martín, Juan José Castelli, Miraflores y Pampa del indio. Trabajan en
alfarería, cestería y tejeduría.
|
Matacos
|
Se
ubican a orillas del río Teuco-Bermejo. Las principales comunidades son las
de El Sauzalito, El Sauzal, Nueva Pompeya, Tres Pozos, Wichi y El colorado.
|
Mocovies
|
Los
asentamientos más importantes se encuentran en colonia Pastoril (cercana a
Villa Ángela), san Bernardo y La Tigra se destacan en trabajos de alfarería
de alta calidad.
|
El origen:
La antigüedad de los primitivos habitantes del chaco se remontaría a 8.000 años
A.C. época en que habrían penetrado en la región por los ríos Paraná, Paraguay
y Uruguay, desde el sudoeste brasileno. sin embargo, también llegaron grupos
representativos de los pampas, patagones y de culturas andinas. En el momento
de la conquista, los tobas se encontraban en el territorio comprendido entre
los ríos Pilcomayo y Bermejo, lo que hoy es el centro de Formosa.
Sus dominios:
Hacia el siglo XVII, rieles a su naturaleza nómade, los tobas, luego de adoptar
el caballo, incursionaron por la margen derecha del río Bermejo, camino al sur.
En su amplia dispersión, se extendieron aún más haciaFormosa, Salta y Bolivia,
abarcando casi todo el Gran chaco. incluso llegaron hasta los contrafuertes
andinos, costeando el río Pilcomayo hacia el oeste. Los conquistadores
españoles consideraban a los tobas uno de los pueblos más belicosos del norte
argentino, dados sus continuos ataques a distintas poblaciones y ciudades de la
región. Del mismo modo que los mocovíes y abipones, los tobas se hicieron poco
menos que invencibles por su habilidad en el uso del caballo.
Historia:La
costa chaqueña fue vista por primera vez en el año 1528, cuando las naves de
Sebastián Gaboto penetrando por el río Paraná alcanzaron las desembocaduras del
río Paraguay y Bermejo. Durante las siguientes décadas, este trayecto fue
efectuado por Juan de Ayolas, quien llegó en 1537 al Alto Paraguay y Domingo
Irala, en 1541, cuando los pobladores de Buenos Aires abandonaron el
asentamiento que fuera fundado por Pedro de Mendoza y se trasladaron a
Asunción.
El 14 de abril de 1585 el
capitán Alonso de Vera y Aragón, fundó la ciudad de Nuestra Señora de la
Concepción o Concepción del Bermejo, a treinta leguas de la desembocadura del
río Bermejo.
En el año 1632 se produjo
el abandono de la ciudad por temor a las consecuencias del levantamiento de las
tribus coaligadas del territorio, razón por la cual la colonización del Chaco
se demoró hasta mediados del siglo XVIII. En 1750 se erige una nueva población,
la reducción de San Fernando del Río Negro, en el sitio por donde actualmente
se encuentra la Avenida 25 de Mayo, de la ciudad de Resistencia. La reducción
comenzó a decaer cuando los jesuitas fueron expulsados de las colonias
españolas y fue abandonada en forma definitiva en el año 1773.
Los salteños, en 1780 con
el coronel Francisco Gavino de Arias al mando realizaron una expedición
reduccional al lugar denominado La Cangayé, donde construyeron la iglesia
Nuestra Señora de los Dolores, con el objetivo de atraer a los indios mocovíes.
A unas quince leguas al noreste erigieron la Iglesia de San Bernardo de Vértiz,
para la reducción de los tobas. En 1804 las reducciones fueron abandonadas.
Alrededor de 1870,
comenzaron a instalarse obrajes para la explotación forestal en las márgenes de
los ríos chaqueños, que aprovecharon la mano de obra indígena. El presidente
Domingo F. Sarmiento creó la gobernación del Chaco, ordenando el avance de la
línea de fortines y la fundación de colonias agrícolas, de conformidad con la ley
de Inmigración y Colonización. La Comisión Exploradora encargada de elegir el
lugar de asentamiento de estas colonias definió, para la colonia de
Resistencia, un lugar situado frente a la ciudad de Corrientes. En febrero de
1878 arribaron por el río Negro los primeros contingentes de inmigrantes
furlanos, con cuyo arribo se inicia la ocupación ininterrumpida del Chaco.
Hasta la construcción de la
red ferroviaria en el año 1907, los ríos Negro, Tragadero y Paraná constituían
las únicas vías de comunicación y transporte. Entre 1910 y 1914 fue construido
el Ferrocarril de Barranqueras, alrededor de las estaciones se fundaron
pueblos, entre los cuales se destacan Presidencia Roque Sáenz Peña, Charata,
Quitilipi y Las Breñas. Sáenz Peña, que actualmente es la segunda ciudad en
importancia de la provincia, fue fundada por el Regimiento 6º el año 1912 en el
Km 173 de la vía en construcción. Villa Ángela, que sigue en orden de
población, creció a partir de 1915 como punta de rieles del ramal de Charadai
al oeste Ferrocarril de Santa Fe. Mientras tanto contingentes de inmigrantes
italianos, españoles y franceses fueron ocupando las colonias con el aliciente
de la posibilidad de obtener en propiedad lotes en los campos fiscales.
El transcurso de 1878 a
1930 se caracterizó por el auge de la explotación forestal. Esta época ha
quedado marcada por la presencia del hachero, las fábricas de tanino y los
interminables trenes con vagones cargados con rollizos. Con el tiempo, la
explotación algodonera ha superado a la forestal. A mediados de los años 30, en
el centro del territorio chaqueño se extendían cientos de miles de hectáreas de
campos de algodón. La localidad de Sáenz Peña era conocida como la capital
argentina de producción algodonera. Esto fue posible gracias a que el oro
blanco atrajo a agricultores de otras provincias y a los descendientes de los
primeros colonos de Resistencia, al igual que a inmigrantes de otros países.
Durante los años 1925 a 1935, se produjo la entrada de 25.000 inmigrantes de
origen eslavo (ucranianos, polacos, yugoslavos, checos, búlgaros y otros)
quiénes ocuparon lotes de las nuevas colonias agrícolas.
El ultimo malon:
El 26 de junio de 1899, se produjo en la localidad chaqueña de La Sabana, punta
de rieles del ex FFCC Santa Fé, el último malón indígena ocurrido en el
territorio nacional del Chaco. Gracias a la intervención del capataz del
ferrocarril, el francés Jacobo Lutringer, no se produjo una gran matanza si
bien hubo víctimas. A Lutringer lo siguieron pobladores que con armas de fuego
lograron poner en fuga a los indios.
Los indígenas:
Los diferentes grupos indígenas presentaron en general un género de vida
nómada. Las extensiones boscosas y la escasez de agua en gran parte del
territorio, motivaron una vida poco proclive al asentamiento permanente y a la
propiedad de la tierra. La base de la economía era la recolección de frutos
silvestres, la caza y la pesca, la excepción la conformaban los guaraníes
agricultores, quiénes no practicaban la vida nómada. La recolección de frutos
estaba a cargo de las mujeres de la tribu, se exploraban los alrededores de la
toldería hasta que se agotaba la existencia de los frutos, entonces se
abandonaba el lugar en busca de otro que pudiera ofrecerles estos alimentos.
Entre los frutos más comunes estaban la algarroba, el chañar, molle, tuna,
tusca, porotos del monte, tasi y cogollos de palmera. También se recolectaban
raíces diversas, langostas y miel.
Los indígenas meleros
fueron los primeros en establecer contacto con los españoles, y las sendas
seguidas por ellos en el bosque sirvieron para concretar las primeras
penetraciones en el Chaco. En el caso de los matacos, los mismos fueron
principalmente pescadores y recolectores, la caza en gran escala fue propia de
los guaycurúes y vilelas. La misma se realizaba en forma colectiva o
individual, se utilizaba el arco y la flecha, trampas o incendios para
acorralar a los animales.
Para pescar utilizaban red
en la pesca costanera, cada individuo portaba un par de ramas largas y móviles,
ensambladas como tijeras, entre las que se extendía la red, que se colocaba por
debajo del cardumen que pasaba para ser luego rápidamente cerrada. Embarcados,
los pescadores solían navegar en sus cachiveos, de pie sobre la proa, durante
las horas de poco sol o al mediodía, para que la sombra que proyectaba su
figura no espantara la posible pesca. Una vez obtenido el pescado con lanza o
con arco y flecha se lo remataba con un garrote. Se lo preparaba ahumado o
secado al asador, el pescado se comía en el momento o se lo conservaba por unos
días. La agricultura fue una actividad secundaria para la mayoría de las
tribus, el sembrado se realizaba sin orden en sementeras pequeñas protegidas
por cercos de espinas y utilizando como herramientas el palo sembrador o la
pala de madera. Los cultivos más frecuentes eran el maíz, la calabaza y el
tabaco. La intervención de los hechiceros era necesaria para asegurar la
cosecha y el producto era propiedad de quien lo sembraba, aunque lo compartía
con los restantes miembros de la tribu.
La cocina consistía
simplemente en el asado con semi cocción de las carnes obtenidas en la caza, se
hervían las raíces o frutos más ásperos y venenosos, y preparaban con el maíz
de sus reducidas huertas la mazmorra, harinas y polentas. Los peces eran
envueltos en una capa de barro y metidos en un rescoldo de hojas. Una vez que
la tierra cocida se agrietaba significaba que la pieza estaba lista, se
preparaban así bagres, dorados, manguruyú, mojarras, pacúes, surubíes y
sábalos. La bebida que consumían en forma colectiva era fabricada en base a
frutos fermentados, especialmente la algarroba y sobre todo durante las
ceremonias religiosas.
Las encomiendas:
Las mismas eran repartimientos de indios a los primeros españoles llegados a
América, para ayudarlos en las faenas agrícolas. Colón decidió en 1499 repartir
los naturales y encomendarlos a los colonos. Este sistema aplicado en la
Conquista de América, ocasionó problemas. Los abusos cometidos por los
encomendados provocaron protestas de algunos religiosos que denunciaron los
hechos defendiendo a los nativos.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
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